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Farándula
Actores ecuatorianos han sido señalados por utilizar el humor negro
Actores que han sido señalados, en alguna ocasión, por utilizar humor negro, explican de qué se trata. Varios de ellos se declaran amantes del mismo
Procesos legales con organizaciones sociales, líos con la entonces Superintendencia de Comunicación (Supercom) y las polémicas con la prensa rosa son varios de los reveses a los que se han enfrentado actores ecuatorianos por utilizar el denominado humor negro.
Recientemente el programa ‘Los Hackers de la Farándula’ dio a conocer su malestar por un comentario del actor Oswaldo Segura en su monólogo ‘Oswaldo vs. Felipe’, en el que abordó el tema de la farándula y llamó a la presentadora Dora West “aniñada”, algo no le gustó para nada. Pero lo peor fue cuando él se negó a dar una entrevista para el mismo espacio, mostrando indiferencia al reportero.
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Por eso, a Oswaldo le dieron ‘palo’. Incluso Fabiola Véliz, actriz que estuvo de invitada a ese programa, expresó su descontento por el accionar de su colega y “a título personal” opinó que el humor negro puede llegar a lastimar a una persona. También dijo que cree que Oswaldo cambió desde que se juntó con Francisco Pinoargotti, quien es conocido por utilizar dicho tipo de humor.
¿Pero qué es el humor negro?, ¿qué actores lo utilizan?, ¿existe un límite en este formato?
Precisamente Francisco y los comediantes David Reinoso y Víctor Aráuz, quienes también han sido señalados por ser comediantes ‘crueles’, conversan con EXTRA del tema y sobre cómo han implementado este tipo de humor en sus shows, lo que les ha permitido posicionar su nombre como una marca en el mercado artístico.
“El humor es uno solo. Después, cómo lo vayan tildando otros es algo personal. Los ingleses lo dicen perfectamente: el humor es uno solo. Uno se ríe de las cosas que le pasan a los demás y a veces de lo que le pasa a uno mismo”, manifestó el director de teatro.
Como ejemplo se refirió a ‘Mr. Bean’ (serie animada), cuando el actor británico Rowan Atkinson apareció con un pavo atorado en la cabeza. O el dibujo animado ‘El coyote y el correcaminos’, en el que el coyote suele caer al vacío. También los cocachos que le daba Don Ramón al Chavo en la serie ‘El chavo del 8’.
“Si uno se pone e investigar, se dará cuenta de que en muchas series o dibujos no hay protección familiar, hay maltrato. Si analizan ‘Mis adorables entenados’ (serie ecuatoriana de los 90), van a encontrar muchas cosas. El humor es humor, ya depende de cómo le vaya afectando a cada uno. Unos se van a reír de una catástrofe que le pasa a alguien, mientras que otros no”.
Para Garzón, “en el humor no hay culpables”. Por eso no es bueno que se lo esté analizando, sino que la gente se divierta y goce. “No se debe flagelar al humor”, concluyó.
“Existe el humor. Lo que pasa es que hay géneros: existe el político, los (chistes) agrios y el humor cruel, que es para la gente a la que le gustan las tragedia o muertes, y es lo que la gente le dice humor afrodescendiente, porque yo tengo todavía el trauma de la Ley de Comunicación, no puedo decir humor... (negro)”, mencionó.
El temor de David está justificado, ya que él se ha visto envuelto en problemas legales con asociaciones defensoras de derechos, pues algunos se han sentido ofendidos con sus personajes cómicos.
“Al público le doy el humor popular. En mis shows o en la televisión, para todo el público. Pero en lo personal, yo disfruto cuando la gente se cae, se lastima, me río demasiado. Me gusta el humor cruel y por eso comparto con mis colegas que lo hacen. Es verdad que muchas cosas en las que utilizo ese tipo de humor las pongo en mis redes sociales. Ya en mis shows hago algo suave. A título personal lo utilizo más en redes”, finalizó.
“Existe el humor. Ya cómo lo quieran calificar: negro, blanco, cruel, amarillo, azul... dependerá del concepto de cada uno. Hay ironía, sarcasmo, depende de cómo lo recibe la otra persona”, sostiene el director de teatro y televisión.
Por su experiencia, cree que en Ecuador se utiliza más el humor popular. En su caso se identifica con el sarcástico.
“Que existan personas o espacios que tengan criterios, gustos personales, dedicaciones, fijaciones... es muy de ellos, y es valido, está bien. No le puedo gustar a todo el mundo”.
Pese a todas las críticas que puedan surgir por su manera de hacer teatro, recordó que a muchos artistas con los que ha trabajado les ha dicho que no hay nada más increíble que el público pague por verte. Eso es lo que de verdad determina si haces bien o mal el trabajo.
“Ese tipo de cosas te hacen añorar el trabajo que haces. Lo que digan dos o tres personas bajo su criterio o a título personal, la verdad es que está bien, es parte de la libertad de expresión (...) Las personas tienen la capacidad de poder interpretar lo que ellos quieren, no me voy a poner a juzgar lo que creen”, defiende Pinoargotti.
“El humor negro existe porque la gente se ríe de las desgracias humanas. Lo que normalmente a uno le causa dolor y al otro risa, se llama humor negro. Ahora, desde mi punto de vista, te afecta en función de cómo te llega a ti. Por ejemplo, si tengo un tío con alguna enfermedad mortal y resulta que hacen chistes de enfermedades mortales, no me va a causar risa. Quizá antes sí, pero en ese momento no, por el contexto que estoy viviendo”, explicó.
Para Víctor, todo se resume en que el humor es parte del arte, y como el arte no es objetivo sino subjetivo, va a depender de cómo cada uno lo mire. “Hay gente a la que le puede parecer fuerte, a otros no”.
Argumentó que “el famoso chiste de Oswaldo Segura (a Dora) no fue humor negro. No fue cruel, termina siendo clasista, pero no negro, porque habla de las clases sociales como cholos, aniñados, pero no es humor negro. El famoso video que hice sobre el estadio de Emelec (dando a entender que era chueco), ese no era humor negro porque no era un catástrofe. Solo fue una exageración con base en una tontería que era un chiste”.
Víctor añadió que en el humor negro, no necesariamente el comediante que hace ese tipo de chistes está de acuerdo con eso. “El humor es parte de nosotros, pero si a ti como público te hace reír una cosa y a otro otras, no tiene nada de malo. Lo que está mal es pensar que eso se puede censurar, clausurar o juzgar. Incluso algunos queriendo dar clases de decencia, cuando son chistes que se cuentan solos”.
Así mismo, se declaró fan del humor negro. “Me gusta el humor cruel. No solo hago eso, depende de los actores con los que me junte (...) He tenido grandes debates con amigos y otros no tan amigos sobre este tema, sobre hasta dónde se puede llegar con el humor negro; pero para mí el humor no puede tener límites, siempre y cuando sea humor y no un punto de vista. ¿Pero quiénes somos para juzgar?”.
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