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Wendy Villón la entrenadora de Barcelona: “Lo boxeadora se me quiere salir”
Dice que no hace historia, solo se divierte trabajando. Confiesa que para ser campeona tuvo que cambiarle el chip a sus jugadoras.
Wendy Villón es la entrenadora récord del fútbol femenino ecuatoriano: cuatro de las cinco finales de la Superliga femenina son suyas. La última tiene un sabor especial, la ganó con su amado Barcelona.
La DT fue jugadora, la número 10 de su equipo, en los tiempos en que el fútbol de mujeres no tenía suficiente apoyo. También ha sido atleta y hasta boxeadora, algo que “a veces se me quiere salir”, cuenta entre risas, en especial cuando nota injusticias.
Ahora es la abuela ‘chocha’ de Jadiel, de 8 años y al que le dedica todos los títulos.
La entrenadora habló de cómo pone en práctica su fe en Dios y su jugada maestra al irse con varios días de anticipación a Quito para conseguir el triunfo en el partido ante Independiente del Valle.
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La mujer récord del fútbol ecuatoriano es también la abuela más ‘chocha’ del país.
Mi nieto me hace salir un cariño especial, es mi motivación, es parte del crecimiento, mi felicidad se la debo a Dios y a él.
Van cuatro títulos de cinco finales, debe dejarle algo para los demás entrenadores...
No, eso no, mientras Dios nos permita disfrutar de este deporte, hay que seguir logrando todo lo que se ponga en el camino. Estoy segura de que Dios tiene algo grande preparado para Wendy Villón. Y el propósito es que el fútbol femenino esté en lo más alto, pero para eso hay que trabajarlo dentro y fuera de la cancha.
Villón está haciendo historia, es algo que ya está escrito.
A mí me hablan de que hago historia, pero la realidad es que yo disfruto al máximo lo que hago. Mientras siga disfrutando como entrenadora eso me llena, y la recompensa llega cuando veo la felicidad en mis jugadoras. Lo que se hizo con Barcelona me hace feliz.
La primera final ante Independiente del Valle fue durísima, pocos tenían fe de que iba a ganar en Quito.
El primer partido fue complicado por todo, no salió como habíamos trabajado, sí nos generó muchas dudas, pero cambiamos el pensamiento y gracias a Dios todo mejoró, terminamos jugando como local en Quito.
Villón viene del fútbol femenino, de tomar agua de la llave, de no tener uniformes, sin apoyo de nada, ahora las cosas son diferentes.
Vengo de la nada. En Barcelona hay el apoyo de todo, hay varias jugadoras que están en el equipo y la vivieron, tenemos el respaldo del presidente Alfaro Moreno y de Ibis Vallejo, que se metieron con todo con el equipo, así place trabajar. Es algo grande que se ha conseguido. Poder hablar con el presidente Alfaro Moreno y saber que el compromiso que tuvimos se hizo realidad.
Ahora los dirigentes no se esconden.
Aquí (Barcelona) no se esconde nadie. Tenemos toda la apertura. A mí nadie se me esconde, eso me ha pasado en los equipos en que logramos ser campeonas.
A Villón no se le puede esconder nadie, pocas saben que usted es cosa seria en dar puñete, fue boxeadora de las buenas.
Eso también lo llevo en la sangre, mis tíos Segundo, Jauri y Dunio son gente de boxeo y aprendí.
Podemos decir que Wendy es harto puñete.
(Risas) Desde pequeña siempre lo hacía, pero lo mío era el balón, aunque acompañaba a mis tíos al boxeo.
¿Y cuando los árbitros hacen cosas con las tarjetas o fallan en sus apreciaciones, no le entra el espíritu de dar puñete?
Crea que se me daña la cabeza, se me daña el cerebro (risas), pero debo guardar la compostura. A veces hasta los veo como saco de bolsa de box para darles, porque no están haciendo las cosas como se debe (risas).
¿Con quién festejó el campeonato fuera de la cancha?
Con mi familia, mi hijo, mi nieto, mis hermanas y hermanos, con los seres queridos y con un grupo de chicas que se llaman Las Amazonas, que es mi generación del fútbol, hay personas que dejaron este deporte y yo soy su representante.
Ese peinado está bien llamativo, qué tiempo se dedica a lavar y peinar su cabello.
Casi nada, siempre se lava rápido, el secado es igual, me gusta como está ahora.
Tiene a su tía Jacqueline Mercado en las gradas, ella es cosa seria al momento de apoyarla.
Estoy en la cancha y la escucho, la tía Jacqueline es de verdad una hincha, a veces se le pasan las palabras de apoyo, y cuando sucede eso, la miro y con la mirada le digo que se siente, a veces hace caso, ella es un goce. El respaldo de toda la familia es lindo.
Su fe en Dios es su mejor gol.
Es el Creador del cielo y la tierra, sin Él no nada es posible, Él sabe todo lo que nos pasa en la vida. Soy una mujer de Dios, y Él está siempre. Ha hecho lo imposible, posible. Yo soy hija de Dios y les dije a mis jugadoras ‘ustedes también son hijas de Dios’, y solo Él pudo hacer que nuestras gladiadoras vean la gloria deportiva de su mano.
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