El delantero paraguayo Salvador Cabañas, que recibió un disparo en su cabeza en el 2010, está en Guayaquil. La razón: es el ‘padrino’ de un torneo organizado por Herbalife en conjunto con la Federación Deportiva Nacional del Ecuador (Fedenador). Dicho evento deportivo tiene como meta erradicar el microtráfico de drogas en niños y adolescentes y para ello se pone como base el fútbol.

Este viernes 28 de octubre, durante una rueda prensa en el teatro Fedenador, Cabañas compartió su experiencia de recuperación tras recibir un disparo de arma de fuego en un bar de la Ciudad de México. En el 2010 el paraguayo jugaba para el América de México y era uno de los ídolos de las águilas. “Cuando fui futbolista era muy farrero, me gustaba salir de noche a discotecas. A la larga, eso acabó con mi vida futbolística porque allí me dispararon y es lo que más me duele”, recordó. Además, se encargó de aconsejar a los niños y jóvenes para que puedan tener una vida mejor. “Estudien, porque el fútbol dura unos cuantos años, la educación es para siempre”.

Actualmente, dirige a un equipo de tercera división en Paraguay, pero su mayor sueño es llegar a dirigir a la selección de dicho país. “Con el tiempo aprendí muchas cosas a nivel futbolístico, ahora me queda solo enseñar y trabajar con los chicos. Lo que más quiero es ser director técnico de mi selección”.

Cabañas también contó que trabaja en relación al deporte porque “quiero levantar al fútbol de mi tierra, he puesto un complejo deportivo con los recursos necesarios para que los niños puedan dedicarse a esto”.

El sábado 29 de octubre, Cabañas será el encargado de dar el juramento deportivo en la inauguración de la segunda edición de la Copa de Fútbol Infanto Juvenil Herbalife - Fedenador. Posteriormente, regresará a Paraguay para retomar sus actividades como DT.