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Moisés Caicedo: así fue la infancia del futbolista que se forjó con zapatos rotos
Niño Moi mostró su calidad con el balón desde niño, pese a las adversidades económicas, reveló su primer técnico, Iván Guerra
En un terreno baldío, donde la arena se mezcla con el lodo y la hierba crece descontroladamente, se alza El Hueco, la cancha que vio los primeros pininos de Moisés Caicedo, quien liderará a la selección de Ecuador en la Copa América.
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En compañía del primer técnico de Niño Moi, Iván Guerra, EXTRA recorrió este campo de 40 metros de largo por 32 de ancho, cuna de la estrella de Chelsea. Una historia que data del 2006 en la Urbanización Mujer Trabajadora, un barrio marginal del norte de Santo Domingo, capital de la Provincia de Santo Domingo de los Tsáchilas.
“A los cinco años ya tenía potencial. Jugaba en la calle y con sus jugadas bailaba a los niños del barrio, ya daba muestras del gran nivel con el que juega en Inglaterra. Como era de una familia pobre, venía con zapatitos rotos o a veces llegaba descalzo a entrenar”, recordó Guerra.
La infancia de Moisés no fue sencilla. Trabajaba cuidando carros en la zona rosa de la ciudad para recaudar fondos y así financiar sus viajes a los torneos interprovinciales. Incluso, sus cumpleaños no siempre los festejaba porque sus padres estaban ocupados en el trabajo.
“La mamita vendía florecitas para las fechas especiales y el papá hacía fletes con un triciclo en el mercado”, relató Guerra y, además, agregó. “El día de su cumpleaños, que es el dos de noviembre, es Día de los Difuntos y casi no lo celebraba porque sus padres llegaban cansados del trabajo y se quedaban dormidos”.
Sin embargo, Niño Moi tenía una capacidad de resiliencia admirable. El futbolista supo cómo adaptarse a las adversidades y las carencias económicas lo impulsaron a lograr su cometido: llegar al profesionalismo.
Entrenó arduas jornadas en El Hueco, donde reforzó su dominio de balón, perfeccionó su control orientado y desarrolló su físico.
El profesor Guerra analiza por qué estas canchas de tierra son ideales para la formación de un futbolista. Cita ejemplos de leyendas como Pelé, Maradona y Messi, quienes también forjaron su talento en campos similares.
“Trabajar en cancha de piedra, tierra y agua ayuda a la motricidad del niño. Cuando salen de entrenar llegan todos sucios a la casa y eso también es importante en el fútbol. Para mí son las mejores canchas que puede haber y donde han salido los mejores jugadores como Pelé, Maradona y Messi. Todos desde la humildad y las canchas de lodo”, afirmó.
A Moisés, la oportunidad dorada le llegó cuando tenía 10 años. La escuelita, que en ese entonces representaba a Barcelona, tuvo un amistoso con Independiente del Valle y los dirigentes negriazules quedaron encantados.
Los Rayados del Valle lo ficharon y en febrero de 2021 lo vendieron por 5 millones de dólares a Brighton, cifra que quedó corta porque las Gaviotas lo traspasaron a Chelsea por $ 146 millones, uno de los fichajes más caros en la historia del fútbol de Inglaterra.
El sábado 22 de junio, desde las 17:00, Caicedo se prepara para comandar el mediocampo de Ecuador en su debut por Copa América ante Venezuela. Su camino no ha sido fácil, pero su talento acompañado de la disciplina lo han llevado a la cima del fútbol internacional.
El Hueco, lugar de sueños
Actualmente, el profe Iván entrena a 60 niños de entre 4 y 16 años, que integran la Escuela Moisés Caicedo-IG10.
Junto a Fernando Mendoza y Andrés Andino, quienes completan el cuerpo técnico del proyecto, trabajan para formar a las futuras estrellas nacionales.
De lunes a viernes tienen jornadas matutinas y vespertinas. En la mañana se entrenan de 09:00 a 11:00, mientras que en las tardes lo hacen de 16:00 a 18:00.
“Hacemos labor social a los niños y, aunque haya una mensualidad, a la mayoría de ellos no se les cobra porque son de escasos recursos”, aseguró.
Moisés Caicedo es uno de los promotores del proyecto. Les ayuda con viajes, uniformes, balones y demás implementos deportivos. Antes de la Copa América, Niño Moi volvió a sus orígenes y siempre está en constante diálogo con el profesor Iván.