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Los disfrazados ingresaron a la cancha en la previa de la final del torneo.Leonardo Velasco / para EXPRESO

Ligas barriales: Los disfrazados saltan a la cancha

En San Isidro del Inca se desarrolla un torneo especial donde solo pueden participar quienes se disfrazan en el marco de las fiestas de Las Mercedes

En San Isidro del Inca, al norte de Quito, septiembre es especial, pues se viven las fiestas de Las Mercedes y, en 2024, como antesala de las celebraciones, se disputó la final de un particular torneo de fútbol, donde solo los tradicionales disfrazados pueden jugar.

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En la vecina cancha de la Liga Unión Eloy Alfaro, el sábado 14 de septiembre, se enfrentaron los payasos de Frutillas SC y los disfrazados de la Familia Guaigua. Pura tradición en un encuentro que resultó reñido y que se definió por penales.

El primer tiempo marcó la superioridad de Familia Guaigua con una ventaja de dos goles que les hizo confiarse de cara al segundo tiempo, en el que los de Frutillas FC salieron decididos en busca del empate y acabaron remontando un 4-2 con una brillante actuación de Vinicio Simbaña, con tres goles de tiro libre.

Pero el partido estaba lejos de definirse, a pesar de tener menos de diez minutos por delante y pese a que el cuadro de la Familia Guaigua había perdido tres jugadores por expulsión. Pero en una muestra de pundonor, empataron el juego sobre el final. Se fueron a los penales.

La definición resultó igual de apretada, con todos los tiros conseguidos hasta que llegó el quinto turno para Frutillas FC. Ese tiro estuvo encomendado a su figura, el goleador Simbaña, quien ya había marcado en cancha, pero no contaba con la aparición del golero Bryan Pulupa, que atajó el remate y selló el título para su equipo.

ORGULLOSOS DE SU TRADICIÓN

El arquero Bryan Pulupa fue la figura de la Familia Guaigua.Leonardo Velasco / para EXTRA

“Estoy muy agradecido con mi familia, con la hinchada de los Guaiguas, este triunfo es para mis padres, es una emoción muy grande para mí ser campeón de este torneo. Mi papá fue de los primeros fundadores de los payasos de El Inca, con mucho orgullo yo también soy payasito”, dijo emocionado Pulupa.

De a poco aparecieron payasos, capariches (un trabajador indígena), molecañas (afroecuatoriano) y yumbos (indios amazónicos), quienes formaron parte de este torneo, listos todos para el inicio de las fiestas de Las Mercedes.

José Pulupa, padre del orgulloso arquero, recuerda que en su familia su abuelo fue el que inició esta tradición. “Él bailaba de capariche, de molecaña, de indígena, de cualquier personaje. Yo también bailé hasta el año 2015 y ahora lo hacen mis hijos, mis yernos, todos. Es como un bus que viene y siempre vuelve a llenarse con las nuevas generaciones”, recordó.

Entre los disfrazados ya se conocen y la fiesta se arma sola. En la misma cancha en la que se jugó, unas 300 personas habían acudido a ver el partido y se disponían a alargar la tarde con música de la banda de pueblo y a la espera de los premios ofrecidos: un cerdo hornado para el campeón, medio para el vicecampeón y una pierna para cada equipo que participó.

UN TORNEO EXITOSO

Fue la segunda edición del campeonato, ideado por Paúl Espinoza, Édison Morales y Stalin Villa, quienes en 2020 vieron que era necesario tener un espacio deportivo entre los disfrazados, pero aquel año la pandemia les impidió terminar el torneo, que finalizó en 2022.

“Para esta nueva edición reunimos a los mismos equipos y arrancamos en febrero. Quisimos que termine justo antes de las fiestas”, relató Paúl, quien es el presidente de la organización y su plan es poder realizar el torneo todos los años.

“El fútbol es una fiesta, la esencia de este campeonato es fortalecer la amistad entre los grupos de baile”, resaltó.

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