2 de diciembre del 2009, Liga de Quito jugaba su primera final de Copa Sudamericana, estaba hospedado en un elegante hotel del sector de Leblon en Río de Janeiro. Hasta las 22:00 hinchas albos estaban fuera de la concentración. Todo era tranquilidad, había un carro de la Policía cuidando abajo y hasta se dudaba que LDU estaba en Brasil.

Los dirigidos por el uruguayo Jorge Fosatti ocupaban un piso completo del megahotel. Los jugadores se fueron a dormir, pero en las primeras horas del día del partido ante Fluminense se desató lo que fue una madrugada infernal de ruido y juegos pirotécnicos, una verdadera locura.

A la medianoche se escuchó una tremenda explosión, la curiosidad hizo que varios de los hinchas, periodistas y directivos que estaban hospedados salgan corriendo a ver qué pasaba.

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En la parte de abajo, en la calle, estaban varios cartones de juegos pirotécnicos y no es que eran por Navidad, eso era obra de la barra brava de Fluminense que ya había pasado un mal rato en el 2008, cuando Liga de Quito les arrebató la Copa Libertadores.

La primera explosión para los ecuatorianos fue de horror, todos pensábamos que era una bomba, abajo reinaba la oscuridad y solo estaban los residuos de los explosivos.

Un equipo de EXTRA se quedó más de dos horas para ver qué pasaba.

Un carro daba vueltas y se bajaban los hinchas de Fluminense para dejar unas cajas gigantes de explosivos, el ruido era insoportable y para que exista más show en el cielo se observaba una verdadera guerra de luces.

Lo hicieron a cada hora, no tenían pereza de ir en carro o en moto. El objetivo era que los jugadores de Liga de Quito no puedan dormir y que estén despiertos. Para algunos periodistas la madrugada fue larga. La última explosión fue a las 5 de la mañana.

La Policía de Río de Janeiro solo se dedicaba a retirar esos cartones.

NO PASÓ NADA

En la mañana del partido, cuando se les preguntó a los jugadores si habían sentido las explosiones, recibimos la sorprendente noticia de que no escucharon nada y que durmieron muy relajados. Esa manera de molestar de los brasileños ya había sido practicada antes y aquel 2 de diciembre el Maracaná estaba a reventar, Liga de Quito recibió un 3-0, pero qué importaba, con ese marcador era campeón de la Copa Sudamericana, en casa había ganado 5-1.

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