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Leonardo Vanegas (d) dirigió a Gualaceo durante tres temporadas.API

Leonardo Vanegas se destapa: Dice que jugadores de Gualaceo presionaron su salida

El estratega ecuatoriano revela que se fue de Gualaceo debido a que hubo jugadores que le faltaron el respeto y que la dirigencia no lo respaldó

Leonardo Vanegas reconoce que sus dos últimos meses en Gualaceo fueron una verdadera tortura.

No solo por los malos resultados que venía arrastrando el elenco azuayo en la LigaPro (un empate y cinco derrotas), sino por el mal ambiente que se había formado en el camerino.

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En diálogo con EXTRA, el estratega ecuatoriano revela que hubo jugadores que le dieron la espalda y forzaron a su salida.

Siento que me quité un peso de encima, no es que me sobre trabajo, pero desde hace algún tiempo no tenía paz. Por un lado uno se va triste, por los buenos momentos que se deja en el club, pero la situación se había convertido en insostenible”, asegura el cuencano.

Vanegas afirma que los problemas en el equipo se empezaron a dar cuando quiso poner mano dura a las indisciplinas de ciertos jugadores, pero que estas medidas no fueron respaldadas por la dirigencia.

“En su momento (julio pasado) tomé la decisión de separar a Vinicio Angulo (por faltar a los entrenamientos), pero dos días después el presidente del club (Klever León) salió a decir que le había dado permiso al jugador, cuando no fueron así las cosas. En ese rato tuve que haberme ido, pero decidí quedarme. Fue un error”.

A raíz de ese inconveniente, el DT nacional empezó a sentir que varios jugadores le habían perdido el respeto.

“Había jugadores (no dio nombres) que pensaban que no se los podía sacar y cuando lo hacía generaban malestar. Hubo otros que se fueron y regresaron al club, pero se creían genios o figuras y que no se les podía decir nada”.

Vanegas reconoció que uno de sus principales errores fue haber sido muy pacífico con los indisciplinados.

Siempre he sido muy abierto, pacífico. Pero ahora me doy cuenta que no se puede ser tibio y hay que ir a putearles y ser drásticos con los indisciplinados. Se tiene que ser como un Carlos Sevilla o un Guillermo Almada”.

El estratega, de 41 años, reconoce no tener temor a quedarse sin volver a dirigir, ya que por ahora busca tener paz mental.

Vamos a ver qué sucede en el futuro, pero ahora quiero descansar y darle tranquilidad a mi familia. Si me toca regresar al fútbol, regresaré; si no, me puedo defender en el campo de la educación, que es donde antes me desempeñaba”, finaliza.

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