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Chinto Espinoza fue el arquero titular de la Tri en la Copa América de 1993.ARCHIVO / EXTRA

Jacinto Espinoza: "Creímos que estábamos al nivel de cualquier selección”

El Chinto recuerda el histórico 0-0 de visita ante Uruguay, como parte de las Eliminatorias Sudamericanas de 1994

El exportero de la selección ecuatoriana, Jacinto Espinoza, evoca recuerdos especiales al hablar de Uruguay durante su carrera en la Tricolor (1992-2005). En entrevista con EXTRA, Chinto, como se le conoce al cinco veces campeón del balompié nacional, rememora el empate sin goles contra la Celeste en las eliminatorias mundialistas 1994. Fue la primera vez que Ecuador rescató un punto en el Centenario, escenario donde este martes (18:30), los ecuatorianos buscarán romper la historia y sumar de tres.

¿Qué les decía el profesor Dusan Dráskovic antes de saltar al Centenario?

Nos dijo que podíamos estar de igual a igual ante una selección poderosa como la uruguaya. Ese resultado fue importante y sirvió para iniciar los cimientos del fútbol ecuatoriano, donde después vinieron épocas importantes.

¿Recuerda alguna anécdota especial de aquel encuentro?

A la mayoría de ellos los habíamos visto en Copas Américas y eliminatorias. Yo, de muy joven, recolectaba los cromos de Panini y llenaba los álbumes. A muchos de ellos como Enzo Francescoli, Santigo Ostolaza o Nelson Cabrera tuve la bendición de enfrentarlos y fue un impacto fuerte.

¿Esperaban llevarse un empate?

Éramos la base del Preolímpico de Asunción 1992. Queríamos formar nuestra propia historia. A Uruguay le habíamos ganado en la Copa América 1993 (2-1), pero claro, el proceso de eliminatorias era, en ese entonces, totalmente diferente, con un formato de dos series. En mes y medio tenías la opción de jugar el Mundial.

¿Eso era una desventaja comparado con el actual formato de eliminatorias que se juega a lo largo de tres años?

Hoy el formato es diferente. Tienes la opción de jugar dos fechas FIFA en un mes y eso te da la posibilidad de recuperar a futbolistas que físicamente tengan problemas en encuentros posteriores.

¿Qué partido es el que más recuerda defendiendo el arco de la selección?

Cuando debuté en el Preolímpico de 1992 nos hicieron un penalti que se derivó de un error mío. Hubo una mano de Raúl ‘Pavo’ Noriega y tengo la bendición de atajarle un penalti a Marcelo Tejeda. Fue el recuerdo más grato en mis inicios y, justamente, fue ante Uruguay.

¿Y el recuerdo que más atesora como futbolista profesional?

Soy el arquero que más penaltis ha atajado en los 90 minutos; estoy sobre los 30. El mejor arquero en definición cinco a cinco es José Francisco Cevallos y Alexander Domínguez.

¿Cuáles son los secretos del arco para atajar un penalti?

No hay fórmula. A medida que pasa el tiempo vas adquiriendo personalidad, liderazgo y vas creando un nombre. Influye la potencia que puedan tener tus pies, detalles como ver la mano del pateador, la punta de sus pies y la suerte, también influye.

¿Qué nos puede decir respecto a la garra charrúa?

Los tiempos cambian y Ecuador va absorbiendo características que lo hacen diferente. Se habla de la garra charrúa, pero también deberíamos hablar de la garra ecuatoriana. Como decía Hernán ‘Bolillo’ Gómez: “Contra las selecciones del mundo hay que jugar con una venda en los ojos, sin importar el rival”. Antes de ponderar las características de un rival, pondero las de mi selección.

¿En algún momento se imaginó ver a tantos jugadores en el exterior como en la actualidad?

Recuerdo la primera vez que un jugador fue a jugar al PSV, que fue Édison Méndez. Un reconocido periodista de entonces dijo: “Primero veo volar a un burro que ver a un ecuatoriano jugar en Europa”. Era algo lejano; ahora vemos con normalidad ver triunfar a Pacho en el PSG, a Hincapié en Leverkusen y a Caicedo en Chelsea. Todo eso muestra que el fútbol ha crecido a nivel físico y mental.

¿Cree que es la mejor generación de la historia?

Todo en la vida se evalúa por resultados. Recuerdo haber visto a Polo Carrera, a José ‘El Cielo’ Villafuerte, a Wilson Armas; eran jugadores que no le pedían favores ni a nuestra generación ni a la actual. Hoy tenemos una camada brillante que brilla muchísimo más porque hay una cantidad enorme de recursos. Si en ese entonces hubieran observado a Luis Capurro, se lo hubieran llevado al Real Madrid. Es un tema de análisis profundo. Ecuador siempre tuvo a grandes jugadores y a seleccionados.

¿Qué pensó cuando vio la convocatoria de Sebastián Beccacece? nuevamente citó a un portero suplente; antes fue Gilmar Napa y ahora a Gonzalo Valle.

Aún no entiendo el mensaje que le envía a Pedro Ortiz (Emelec) y a Alexander Domínguez (Liga de Quito). En dos convocatorias ha llamado a sus suplentes. Si la intención es convocar arqueros jóvenes, el chico David Cabezas, de El Nacional, o el hijo de Pacho Cevallos, Gabriel, que está en Macará, son excelentes arqueros y están teniendo minutos. No entiendo el mensaje del profesor Beccacece, pero lo respeto.

¿Cuál fue el seleccionador que más lo marcó?

Dusan Dráskovic, Manuel Pellegrini, Jorge Fossati y Salvador Capitano. De este último recuerdo que tenía apenas 3 partidos atajados en 4 años y aún así me dio el buzo número 1 en Emelec. ¡Cómo olvidarme de él! (risas).

De ellos ¿con cuál se queda?

La selección de 1993 fue dirigida por el gran Dusan. Hoy que está vivo habría que hacerle un monumento, no después que se nos vaya. Él inició está transformación desde sus bases del fútbol ecuatoriano. Hoy se juegan torneos nacionales, sub 12, 14, 16 y 18. Hay campeonatos de reserva, canchas en mejores estados, hay mayor aporte económico en vitaminas y preparación física. Todo eso ha ayudado muchísimo al crecimiento futbolístico mental que han tenido los chicos actuales.

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