En realidad, más que deportistas, son héroes de la vida, porque en vez de quejarse están tratando de destacar a nivel nacional. Son ejemplo para quienes a pesar de tener completos nuestros sentidos, nos quejamos por simplezas.

Son los atletas de la Federación Ecuatoriana para Personas Sordas o con Discapacidad Auditiva (Fedepdal), que entre ayer y hoy buscan poner sus mejores marcas en el selectivo nacional de atletismo, clasificatorio para los Juegos Nacionales de deporte adaptado.

Sus sueños arrancan en la pista del estadio Modelo Alberto Spencer, de Guayaquil. Hay entrenadores, deportistas y familiares que apoyan a los chicos y chicas que van escribiendo su nombre en este deporte. El lenguaje de señas aquí es vital, pero hay intérpretes para quienes no lo saben.

LINDA HIJA

Jessenia López está sentada y en sus manos tiene una botella de agua y un bolso. Ella es una madre que llegó desde Machala y para nada desvía la mirada de su querida Kristel Ramón López, de 18 años, quien nació sin la capacidad auditiva, pero con escucha bien que su alma tiene hambre de gloria. La mamita por ahora también hace el papel de su entrenadora, quien no pudo viajar.

La deportista Kristel quiere representar a Ecuador a nivel internacional y dice que se imagina con el uniforme de Ecuador en otro país dándole logros a la Tricolor, además de conocer otras culturas.

Jessenia dice que a los 15 años su hija se inició en la actividad deportiva, primero en el fútbol, pero en esa disciplina no hay equipos completos de la misma categoría. Por eso se decidió por el atletismo, aunque el balompié lo lleva en la sangre.

Al principio Kristel practicaba atletismo en el Instituto de Especialidades de Ciegos y Sordos de Machala y luego pasó al Colegio Atahualpa.

Su madre festeja con ella los premios que recibe, como cuando ganó dos medallas de oro en los 100 y 200 metros en los Juegos Nacionales en Ibarra, en el 2021, lo que le valió para ser reconocida a nivel provincial y nacional. Esas satisfacciones hacen que ella deje todo por acompañarla en las competencias.

DESDE ESMERALDAS

Anthony Joel López tiene 19 años y llegó desde Esmeraldas. Su padre, Wílmer López, lo mira desde las gradas.

En Ibarra 2021 ganó medallas de bronce y de plata, y ahora está en Guayaquil en busca de más logros. Don Wílmer se muestra orgulloso de todo lo que hace y logra su hijo.

Anthony tiene el sueño de representar a su país en el exterior. Sus abuelos viven en Italia y le gustaría competir en un torneo allá. Antes representaba al colegio Juan Pablo II y ahora defiende los colores de la Federación Deportiva de Esmeraldas.

Su padre no esconde el orgullo que siente por ver competir a su hijo. Es una sensación que no puede describir. Asegura que le encanta acompañarlo en sus viajes y que ni sintieron las ocho horas de viaje de Esmeraldas a Guayaquil, por la adrenalina que tiene a la hora de darlo todo en el atletismo.

SU PRESIDENTE

Rodrigo Salazar es el presidente de la Federación Ecuatoriana de Deportes para Personas Sordas o con Discapacidad Auditiva. Él también tiene esa característica y entiende cómo es ser un deportista sordo, pues de más joven practicaba fútbol y atletismo.

“Estoy feliz de poder disfrutar el evento que va en el ciclo sordo olímpico y es el inicio para tener una selección fuerte de esta categoría”, expresa Salazar.

Hay 468 deportistas de diferentes provincias, tanto mujeres como varones; además de 500 en proceso de formación, en varias disciplinas como atletismo, natación, tenis, tenis de mesa, bádminton, ajedrez, judo, karate, fútbol y fútbol sala.

Los deportistas tienen desde 13 años en adelante, nos hace saber Salazar, gracias al intérprete Ronald Vaca, quien es un crack de la vida, al ayudar en su comunicación a estos valientes deportistas.