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Final de ida LigaPro: ¡El Guayaco, más auquista!
Douglas Ríos nació en Guayaquil, su padre era emelecista, pero a los 11 años conoció al equipo oriental y comenzó su amor.
Armagedón es la principal barra de Aucas, como la versión Sur Oscura de Barcelona. Ellos no tienen un líder, se manejan con un vocero oficial; tienen como base unas 200 personas y miles más se unen en las gradas.
El principal es Douglas Ríos, de 33 años, un profesor de colegio que no nació en el sur de Quito, es guayaquileño... ¿Del Guayas? Sí, uno que bien pudo ser fanático de Barcelona o Emelec, pero es del Aucas.
A los cinco años se fue a vivir a Quito y cuando tenía 11 su primo Luis Ushiña lo llevó al estadio del Aucas. En ese tiempo los pequeños no pagaban entrada y cada vez que jugaba el Papá se iba a las gradas. Así comenzó su historia con el equipo oriental y ni él mismo entiende cómo se encariñó tanto.
“No sé en qué momento me hice de la barra. Ojo, el hincha de Aucas es diferente, aquí al equipo no se lo quiere por los resultados, todo es por amor a los colores, a la historia, a lo que significa en realidad el plantel. Han pasado 77 años desde que existe Aucas y es la primera vez que jugamos una final, eso lo dice todo”, manifiesta Ríos, quien confiesa que su papá era fanático de Emelec, pero desde hace años se cambió al Aucas.
“Esto es herencia y tradición, eso es todo”, agrega con orgullo Ríos. Al hablar de lo que están viviendo se le hace un nudo en la garganta.
LA VERDAD
Ríos es nieto de Guillermo Guamba, el utilero de Aucas que vivió hasta 1986.De él se han dicho muchas historias en la familia, lo cual ha valido para que su amor por los orientales sea más grande.
“Veo las fotos de la familia materna y la recuerdo con mucho cariño. En el plano futbolístico he experimentado lo que es sufrir por el Aucas y puedo decir que ser hincha de este equipo es algo diferente”, expresa Douglas.
Ya ha jugado la primera final, se llevó los tres puntos del estadio Monumental, pero los fanáticos del equipo que dirige César Farías sueñan con dar la vuelta olímpica.
“Jugar una final y estar invicto es una utopía, es algo más que un sueño. La verdad es que todavía no nos la creemos, es increíble lo que se vive. Estamos en una final y antes solo la veíamos desde lejos”, dice Ríos.
En el 2004 Douglas era un ‘peladito’ y fue el año que más cerca estuvieron de la final, con el colombiano René Higuita en el arco y el Potro Figueroa en la delantera.
NO LO CREEN
“Dije que íbamos a ganar en Guayaquil y así fue; ya han pasado dos días para darme cuenta de que es real lo que estamos viviendo”, expresa el hincha de Aucas.
La misión de Armagedón es una sola: que donde vaya el equipo exista aunque sea un hincha oriental. “Que sepan que el equipo no juegue solo, esa es la idea. Aquí manda la fidelidad y somos incondicionales con cualquier resultado”, asegura el fanático oriental.
Los hinchas amarillos del sur de Quito dicen que es una barra distinta, es como si se reunieran en un barrio para apoyar al equipo, solo que ahora están en la final y lo único que buscan es llevar la fiesta en paz, claro que, a veces, sí han tenido problemas con otras hinchadas.
Armagedón se divide en seis bandas que hacen una gran barra. El domingo 13 de noviembre del 2022 tienen una cita más con su Aucas del alma... una cita con la historia.