Megan Rapinoe, una de las mayores estrellas del fútbol femenino de la última década, vivió el 11 de noviembre una amarga despedida de las canchas, al caer lesionada en el inicio de la final de la liga estadounidense, en el que su equipo, OL Reign, perdió 2-1 ante Gotham FC.

Cuando todo estaba armado para que la jugadora de 38 años se despida por todo lo alto, la planificación no salió como se esperaba, ya que en menos de tres minutos disputados de la final, sufrió la lesión en una acción sin contacto.

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Visiblemente adolorida, la delantera fue atendida por el equipo médico y tuvo que abandonar el campo cojeando.

Los más de 25 mil aficionados que llegaron al estadio Snapdragon de San Diego (California) se pusieron en pie para ovacionar a la ganadora del Balón de Oro en 2019 y pieza clave de la selección norteamericana, campeona de los Mundiales de 2015 y 2019.

“Ha sido duro. Definitivamente no es como me imaginaba este último partido. Estoy segura de que me he roto el tendón de Aquiles”, declaró Rapinoe entre lágrimas.

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