Felipe Caicedo, hace 25 años, veía el estadio Monumental desde lejos, cuando salía del Guasmo Norte hasta el complejo de Rocafuerte en la vía a la costa, en Guayaquil. Veinticinco años después es el más esperado en el estadio que de pequeño soñó jugar, pero a los 16 años se fue a Suiza.

Desde que hay redes sociales, los fanáticos del fútbol ven a Felipe lleno de glamour, de marcas de alta gama, desde la ropa hasta los carros.

Pero Felipao, que vivió hasta los 16 años en Ecuador en su querido Guasmo Norte, tiene muchas anécdotas que para muchos son desconocidas.

Aquí varios de sus secretos:

SU BARRIO: Hasta el 2015, Felipe festejaba la Navidad en su barrio al sur de Guayaquil, entregaba juguetes, comida y fundas de caramelos a cerca de 300 niños.

LA VECINDAD: Uno de los últimos 31 de diciembre, a pesar de tener su casa en una ciudadela privada, se fue a la casa de su madre, sacó el parlante y esperó el 31 en la vereda.

LAS LONAS: Le gusta usar los zapatos de lona ($6) para jugar cuando venía a Ecuador, esos detalles pocos saben.

LA PENI: Una vez llevó dos camiones de víveres, cantantes de salsa y comida a los internos del Centro Penitenciario de Guayaquil. Y hasta se puso a jugar con ellos. Eso causó admiración en todo el país y el mundo, era el 2013 y jugaba en Rusia.

BARCELONA: Siempre fue hincha de Barcelona, su padre "Don Caicedo" entre bromas le pedía que venga a jugar al ídolo. En el Mundial 2014, se llevó a su progenitor al Mundial de Brasil.

IDIOMAS Y GOLF: En Suiza comenzó a leer libros y autoeducarse, maneja varios idiomas, como: alemán, francés, italiano e inglés. En Inglaterra aprendió a jugar golf.

CUIDADO: Siempre ha sido de cuidar su imagen en todo sentido. Hasta antes de las redes sociales, se manejaba con perfil bajo, pero eso era antes.

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