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Fabiano Benítez y el legado del Chucho
El hijo del recordado goleador de la Tri, que falleció hace diez años, quiere honrar su apellido con su propio camino y cumpliendo una gran promesa
Fabiano Benítez carga con un apellido de peso en el fútbol ecuatoriano. Es el nieto del histórico Ermen Benítez e hijo del recordado Chucho, quien ayer cumplió diez años de fallecido. Su anhelo de que lo reconozcan por algo más de su apellido es tan grande como el legado con el que tiene que vivir.
Desde niño tuvo el fútbol en sus venas, no solo heredado por su padre o abuelo, sino porque sus piernas le pedían tener siempre cerca una pelota. Actualmente es jugador del Cuniburo de la Serie B y se ilusiona con la posibilidad de llegar a la selección nacional para homenajear la figura de su papá.
“Tenía la cancha cerquita de mi casa. No entraba ni a comer, porque sabía que si entraba no salía más. El fútbol está en mi ADN. Mi abuela me cuenta que de pequeño pateaba lo que veía en el piso y muchas veces nos echaban de muchas casas porque rompía ventanas. Ella siempre me decía que cuando tengamos nuestra propia casa podía hacer lo que quiera. Ahora tenemos nuestra casa, gracias a Dios”, cuenta a EXTRA.
Con 22 años, reconoce que siempre vio a su papá como una figura a seguir, pero que más allá de lo que el Chucho podía desplegar en la cancha, idolatró a Juan Román Riquelme y, ahora, a Marcus Rashford, jugador del Manchester United de Inglaterra.
“Lo que me gustaba del juego de mi papá era su velocidad pensando, era muy inteligente. No trato de hacer lo mismo porque somos jugadores diferentes. Él era mucho más rápido que yo, pero creo que tengo más técnica”, agrega.
UNA DURA DECISIÓN
Recuerda que su llegada a Cuniburo se da tras no ser tomado en cuenta en El Nacional, club con el que aún tiene la ilusión de debutar como lo hizo su padre en los 2000.
“Estaba en El Nacional, pero no salí de la mejor manera por problemas con la directiva. Decidí no regalar un año más porque El Nacional no pudo inscribir jugadores el año anterior y estábamos al margen entrenando. Yo quería debutar ahí, decidí salir porque necesitaba un empujón en mi carrera”, relata.
“En diciembre llamo a José Chamorro (su representante) y le digo que necesito ayuda porque quiero jugar y triunfar y en El Nacional no podía. Me dijo que le dé una semana para ver si era en Guayaquil o Quito el destino. No pasaron ni tres días y me dijo que iría a Cuniburo”.
FUE BIEN ACOGIDO
En su nuevo club se encontró jugadores referentes del balompié nacional como Víctor Figueroa (clave para el título de Aucas el 2022), Ely Esterilla, Bryan De la Torre, Fernando Hidalgo, Bryan Cucco, entre otros con más trayectoria.
“Me recibieron de la mejor manera los jugadores de mucha trayectoria. Hay un plantel entre jóvenes y experimentados. Estoy feliz de estar acá”, detalla.
Explica que uno de los beneficios que tiene de continuar jugando en la capital es que sus estudios no se cortarán. “Más allá de alguna posibilidad en otra ciudad, lo ideal era directamente acá (Quito), porque estoy estudiando contabilidad y quiero seguir ese camino. En el fútbol se manejan muchos números y eso me va a servir”, admite.
Fabiano arrancó su carrera en el fútbol en el Santos Laguna de México, con 15 años. Allí estuvo creciendo hasta que vino la pandemia y se truncó la posibilidad de seguir su desarrollo. “Cuando tenía 18 años llegó la pandemia y entraron terceras personas que intercedieron para que no siga allí, pero fue una linda experiencia, me ayudó muchísimo a madurar futbolísticamente, porque hay una diferencia entre el fútbol mexicano y el ecuatoriano”.
Sobre la presión de seguir el legado de su padre es claro: “Sí existe, pero la he sabido manejar a lo largo de estos años. Antes me importaba lo que la gente me decía, a muchos jugadores no les gusta que yo juegue o me dicen que estoy ahí por mi nombre. Detrás de este nombre hay mucho esfuerzo y dedicación, sufrimiento, eso no ven. Tengo el deber de honrar mi apellido porque es muy grande y tengo la obligación de seguir ese legado”.
LLEGAR A LA TRI
Tiene la firme convicción de cumplir la promesa que le ha hecho al Chucho y de qué manera le rendirá homenaje.
“La última vez que lo visité en el cementerio le dije que me voy a convertir en futbolista profesional y se va a sentir orgulloso. Cueste lo que cueste, en días o años, pero de que lo voy a lograr lo voy a lograr y se sentirá orgulloso. Mi primera camiseta cuando vaya a la selección se la voy a dejar en el cementerio”, finaliza.
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