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Michael Estrada hizo dos goles en la Tricolor.RODRIGO BUENDIA

Estrada, Plata y Preciado una historia para Netflix

Situaciones que les tocó vivir antes de llegar a la Tricolor.

MICHAEL ESTRADA, EL GOLEADOR QUE QUERÍA DEJAR EL FÚTBOL

“Mamá quiero irme a Guayaquil, no doy más. Creo que esto no es para mí”, si esa frase se habría hecho realidad, en este momento Michael Estrada estuviera viendo a la Selección por televisión.

Pero gracias a Dios eso no se dio, el goleador de la Tricolor salió de Guayaquil cuando era menor de edad, buscando un lugar en el fútbol.

En Ambato, antes de ser titular, la pasó triste, días que no tenía nada para comer y era cuando quería regresar donde su madre, pero ella lo motivaba para seguir adelante hasta que tuvo un nombre en el fútbol.

Ahora Michael es el hombre gol de la Tricolor y nos ilusiona. Y pensar que en Ambato, cuando estaba en Macará, le tocaba pedir a sus compañeros que lo llevaran a los entrenamientos, porque no había dinero ni para el bus.

Gonzalo Plata y una historia fuera de serie.EFE

GONZALO PLATA, A LOS CINCO SE LO LLEVARON ESCONDIDO DE LA MAMÁ

Lo de Gonzalo Plata en el fútbol no tiene límites. Se crió en el suburbio porteño y para mostrar sus dotes de buen jugador tuvieron que llevárselo a escondidas de su madre, Mónica Jiménez, para presentarse en el complejo del Rocafuerte FC de Guayaquil que estaba en la vía a la Costa.

Su mami siempre cuenta esa anécdota y costó convencerla que el fútbol era todo para su hijo. Un verdadero problema era el tema de los zapatos que gastaba el pequeño Plata, pero fueron los padres de familia de sus compañeros de equipos barriales que la ayudaban con la compra de los famosos pupos.

Gonzalo adora a su madre, quien hizo todo para que no le falte nada, ahora el jugador del Sporting de Lisboa cumplió su primer sueño con su progenitora al comprarle una linda casa al norte de Guayaquil. (JR)

Ángelo Preciado (d) es una de las caras nuevas de la Tricolor.Archivo

ÁNGELO PRECIADO, EL PRIMER SUELDO FUE PARA SACAR DE PRISIÓN A SU PADRE

Ángelo Preciado nació para ser un grande del fútbol. Pudo perderse en las calles, pero dice que Dios siempre lo cuidó. Nació en Shushufindi, en el Oriente, luego se fue a vivir a San Lorenzo, en Esmeraldas.

Desde los tres años está en el fútbol, en la escuela del profesor Wilder Chávez. Tocó puertas en Delfín de Manta, en los equipos de Guayaquil, pero Juan Carlos León en Independiente del Valle le vio futuro y se quedó.

Cuando ganó su primer sueldo con Independiente del Valle, a los 16 años hizo algo que nunca olvidará, ese dinero le sirvió para sacar de la cárcel a su padre que tenía mucho tiempo detenido.

Ahora quiere darle todo lo que nunca tuvo su progenitor. Boca Juniors de Argentina lo pretende, pero Independiente sueña con ubicarlo en Europa.