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Se escapaba para ir a boxear
Naomi Sánchez quiere convertirse en pugilista profesional. Su preparador, Junior Flores, tuvo que pedirle permiso a su mamá para que la deje entrenar
Naomi Sánchez es ‘canchera’ y un ‘hueso duro de roer’ sobre el cuadrilátero de boxeo. Es ‘temida’ por su gancho horizontal con la derecha y su resistencia, cualidades que mostró desde sus inicios.
Sin embargo, le costó convencer a su mamá para que le permita practicar este deporte.
La guayaquileña, de 16 años, vive en la cooperativa Unión de Bananeros, en el Guasmo, sur de Guayaquil, lugar donde realizó sus primeros ‘pininos’.
Una cancha de indor y las calles fueron ‘testigos’ de sus primeros derechazos. Y sus vecinos su primera hinchada.
Cuando tenía siete años se aventuró en el boxeo. La joven recuerda que prefería dejar a un lado a sus amigos, con el fin de mirar cómo entrenaban los chicos del barrio.
Se quedaba sentada en una banca durante una hora y no se perdía los detalles de las prácticas, que iniciaban a las 19:00.
Naomi hizo esta rutina por más de dos meses hasta que el entrenador Junior Flores, del club Nueva Granada, del Guasmo sur, se le acercó y la invitó “para que pruebe el boxeo”.
“Me quedaba hipnotizada. Era la primera en llegar a la cancha y la última en irme. No me movía y estaba atenta. Por eso, cuando empecé a entrenar sabía moverme”.
Tras la práctica, corrió a su casa para contarle a su mamá que había encontrado “un deporte maravilloso”. Sin embargo, le prohibió que siguiera en el boxeo porque lo consideraba peligroso.
Ante este escenario, ella empezó a escaparse de su casa.
“Llegaba sudada y mi mamá me preguntaba dónde había estado. Solo le decía que jugando. Recién se enteró que entrenaba cuando el profe le fue a decir que iba a participar en un torneo”.
Al hacer un repaso de su corta carrera, ella agradece a su abuela Isabel Mosquera y a un familiar cercano porque la apoyaron desde su debut.
Su abuelita le aconseja que “no se meta con ‘marido’ y se centre en su futuro”.
“Ellos han sido mi pilar. Mi familiar cercano siempre me da el dinero que gana vendiendo granizados. Y cuando ella no tenía se iba a robar para darme. Son mi motivación para ser profesional en el boxeo y no los defraudaré”.
Naomi es consciente que tiene recursos limitados para entrenar, pero eso no es impedimento para superarse. “Me imagino peleando con las mejores del mundo”.