Pocas veces un Clásico del Astillero terminó siendo tan crucial en decisiones dirigenciales. En Barcelona, la derrota por 3-1 ante Emelec provocó el domingo 4 de junio la renuncia del entrenador Fabián Bustos, quien decidió dar un paso al costado y finalizar su vínculo contractual con los amarillos.

El Toro Bustos culminó su segunda etapa al mando del Ídolo, tras dirigir 17 encuentros, dejando un saldo de 8 triunfos, 2 empates y 7 derrotas en la actual temporada.

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Era un panorama premonitorio, pues las caídas con Bolívar, El Nacional y Emelec sepultaron las chances de vida en Copa Libertadores, y de seguir en lucha por la primera etapa de LigaPro, que ya coronó Independiente del Valle.

Tras el anuncio, Segundo Castillo tomará las riendas de una plantilla que urge por una ventilación ‘anímica’ y que este domingo trabajó a las órdenes del Mortero, pensando en el juego contra Palmeiras del próximo miércoles por Copa Libertadores.

Para Carlos Sevilla, extécnico del Astillero, Bustos se equivocó en el once inicial al que calificó “incoherente”.

“Las responsabilidades cayeron en Díaz, que fue celosamente marcado en zona. Por los costados no veo la razón por las que Portocarrero siendo marcador izquierdo, juega como extremo derecho. Con esas invenciones es imposible y no hay coherencia”.

Sobre el partido con Palmeiras en tierra brasileña, Sevilla mencionó: “Segundo tiene que ubicar a los jugadores en sus respectivas posiciones. Cumplir con el partido y sacar un buen resultado es bastante difícil, pero si trastabillan que lo hagan decorosamente”, cerró.

Por otro lado, la salida de Miguel Rondelli del Bombillo “sigue en trámite”. Así mencionó una fuente azul para EXTRA sin dar detalles de cuándo harán oficial el anuncio.

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El Clásico sería el último cotejo del DT argentino al mando de Emelec, club que empieza a barajar reemplazantes, siendo el colombiano Hernán Torres, que arribó a Guayaquil el sábado 3 de junio, la principal opción.

En su única campaña de azul, Rondelli acumuló 4 triunfos, 6 empates y 7 derrotas. Números para nada alentadores, que se traducen en el peor semestre de Emelec en su historia.