Si a algún hincha de Barcelona se le paraba el corazón el 29 de junio del 2023 y se iba al cielo, la culpa era de los jugadores de Barcelona. 87 minutos de enojo, de tristeza, de coraje fue lo que vivieron los fanáticos canarios, con un primer tiempo para llorar, y los últimos minutos del segundo tiempo para festejar. El empate 2-2 les dio a los amarillos su paso a la previa de los octavos de la Copa Sudamericana.

Un primer tiempo que daba miedo, todos sus jugadores erráticos donde le daban pase al rival, salvo Javier Burrai, quien salvó dos goles; el primer tiempo fue un 2-0 para los de Cerro Porteño, parecía que el Monumental iba a terminar en un cementerio al final.

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Y Barcelona era puros nervios en los primeros 45 minutos, Portocarrero regalaba pelotas, Pineida igual, Rodríguez trataba de hacer lo suyo, pero no le salía.

Y AHORA

En el segundo tiempo el marcador se puso 2-1, Corozo puso el descuento, lo que le faltaba era un gol. ¡Sí!, un golcito para seguir en competencia internacional, el del empate, pero para que ocurra eso, hubo drama, gritos y los nervios fríos de Jonathan Bauman, quien asumió el riesgo de pasar de héroe a villano, pero estaba en su noche, estaba para escribir la alegría de la historia.

Los aficionados ya estaban alistando las descargas de coraje para sus jugadores, ya ensayaban lo que les iban a decir. Parecía que se venía la peor noche de 2023.

Pero una bendita mano de Cerro Porteño, para que se decrete penal, pero debía existir drama, y el árbitro lo puso, hasta que viendo el VAR se dio el penal.

¿Quién cobra?, era el dilema. Gabriel Cortez, Fidel Martínez se afilaban, pero la frialdad de Jonathan Bauman puso la fiesta, el gol de penal y la fiesta amarilla.

Salen eliminados de Copa Libertadores, con más $ 3’00.000 en premios, y entran a Copa Sudamericana con un premio $ 500.000 por estar en la previa de los octavos de final, y la cifra puede ir aumentando, porque en octavos de final la Conmebol le daba $ 550.000; los demás premios solo dependen de ellos.

Su entrenador, Segundo Castillo, se vistió para una fiesta, estaba impecable, parecía un muñeco de torta, estaba para celebración, al final, se salió con la suya; el Mortero y su primera clasificación internacional como DT ponen al Ídolo en la Sudamericana 2023.

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