Álex Rangel tiene 22 años y, entre el domingo y el martes, vio más micrófonos que nunca en su vida. La razón: entró en la historia de los defensas que han hecho goles en el Clásico del Astillero.

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Álex ha estado presente en 18 partidos del Ídolo en LigaPro. El gol ante Emelec es el segundo en la Serie A; en 2023 hizo uno con la camiseta de Técnico Universitario.

Es de hablar poco. A Rangel hay que sacarle las palabras con cuchara, pero cuando habla, la tiene clara. El jugador, que suma 1.348 minutos en Barcelona, disfruta del momento con los amarillos y ahora se enfoca en buscar la clasificación a la Copa Libertadores, que sería la segunda con los canarios.

¿Qué pasó después en la casa, luego del gol?

Mi familia estaba muy alegre. Todos lo festejaron, ha sido algo grande.

¿Quién es el más contento de la familia?

Mi hermana Lupita hasta lloró de alegría; creo que fue la que más disfrutó de todos. También estaba mi papá (Lupo), el hincha a muerte de Barcelona; son los más felices.

¿Este momento lo soñaste?

Sí, lo soñé, pero la realidad ha sido más linda: marcar goles y que el equipo gane. Ahora esperemos que, con la bendición de Dios, signifiquen los momentos alegres para todos.

¿A qué edad lo imaginaste?

Era muy pequeño cuando me lo imaginé, y ahora se dio, y qué mejor en un clásico.

¿Qué diferencia hay entre el sueño y la realidad?

No hay tanta diferencia; creo que la única es que uno lo vive y es mejor vivirlo que estar soñando. De pequeño, siempre uno se imagina cosas. Gracias a Dios se dio.

¿En el festejo, qué te faltó hacer?

Nada, creo que salió lindo.

¿Y de apodo te colocaron ‘el Bicho’?

(Risas) Eso lo dijeron y ha ido creciendo.

¿Anotar en un clásico te marca en la carrera?

Sí, pero eso ya fue; ahora solo toca seguir entrenando duro. Tengo que ir mejorando para lo que se viene.

¿Qué clave fue importante para ganar el clásico?

Creo que la concentración del equipo; dimos todo lo que teníamos. En mi caso, se abrió el arco.

Has mostrado mucha disciplina en el terreno de juego; no te importa jugar por la derecha, centro o izquierda...

Eso ha sido gracias al trabajo que he hecho; me puedo acoplar. Creo que me falta seguir acoplándome. Tengo que seguir esforzándome.

El festejo fue tremendo con la barra y besaste el escudo.

Me debo mucho al equipo en el que estoy. Es un honor jugar en Barcelona. Era un momento muy alegre que estábamos pasando todos.

¿La Tri se te pasa por la cabeza?

Si me llaman a la selección, sería bonito, pero eso lo dejo en las manos de Dios. Si llego allá, sería bacán.

¿En el entretiempo, qué les dijo Castillo?, porque salieron con otro chip...

Nos dijo sobre los errores que estábamos cometiendo y que tuvimos que corregirlo rápido.

¿Qué disposición ha cambiado con el proceso de Segundo Castillo, a lo qué quería Ariel Holan?

En lo personal, creo que nada, porque igual nosotros entrenábamos bien. Lo que cambió, creo, es que ahora sí se nos dieron las cosas en el campo de juego. Hay que seguir demostrando más.

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