La caída del cabello es un desafío que impacta tanto la autoestima como el bienestar general. En esta nota, SEMANA ofrece un enfoque integral que abarca aspectos científicos y estéticos.

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La doctora Fernanda Romero, médico general, enfatiza la importancia de acudir a un dermatólogo o tricólogo. Estos especialistas pueden identificar las causas de la pérdida capilar, que pueden incluir factores genéticos, hormonales o nutricionales. Los tratamientos varían desde medicamentos como el minoxidil y el finasteride, hasta terapias avanzadas como la mesoterapia o los trasplantes capilares.

Por otro lado, la estilista internacional Carolina Cadena resalta la necesidad de utilizar productos adecuados para el cuidado del cabello. “Emplear champús y acondicionadores específicos para fortalecerlo puede marcar una diferencia”, afirma. Además, aconseja limitar el uso de herramientas de calor. Incorporar una dieta balanceada, rica en vitaminas y minerales, especialmente biotina, zinc y hierro, contribuye significativamente a la salud capilar.

Masajes en el cuero cabelludo. Estimulan la circulación sanguínea, lo que puede ayudar al crecimiento del cabello.

Suplementos. Considerar la ingesta de suplementos nutricionales que promuevan la salud del cabello, siempre bajo supervisión médica.

Evitar el estrés. La gestión del estrés a través de técnicas como la meditación o el yoga puede contribuir a mejorar la salud capilar.

Estilos de peinados. Optar por recogidos que no tensionen el cabello previene la rotura y la caída.

Si la pérdida es evidente, como en el caso de mechones que se caen al peinarse o en la almohada, es recomendable buscar atención profesional.

Además, si se observan áreas con calvicie o un debilitamiento notable del cabello, esto puede indicar un problema más serio. Otros signos a tener en cuenta incluyen picazón, enrojecimiento o descamación en el cuero cabelludo, que pueden señalar condiciones dermatológicas.

Asimismo, si la caída del cabello ocurre de manera repentina o se acompaña de síntomas como fatiga extrema o cambios en el peso, es necesario recibir una evaluación. Factores emocionales, hormonales o nutricionales pueden influir en esta situación, y un especialista podrá ofrecer un diagnóstico adecuado y opciones de tratamiento.

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