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Opinión
Editorial: ¡Decadencia en la política!
Una vez que termine esta campaña, elevar el nivel del debate público y la política no será tarea sencilla
La actual campaña electoral en Ecuador no solo pone en evidencia la falta de propuestas, sino que retrata con crudeza a una clase política degradada: vana, mezquina, incapaz incluso de debatir con altura. Porque hasta para la confrontación se requiere inteligencia. Lo que vemos hoy es un espectáculo pobre, carente de visión, más cercano al chisme que al debate de ideas.
Prueba de ello es la intromisión de un mercenario extranjero, supuestamente contratado para fines de seguridad, pero que ha terminado hurgando en la vida personal de una candidata presidencial. ¿Qué tiene que ver la paternidad de un hijo con el futuro del país? Poco o nada, pero esa es la política que se ha normalizado. Del otro lado, la misma candidata recurre a referencias personales y familiares para atacar a su rival en pleno debate presidencial. No hay argumento, solo insinuaciones. No hay proyecto, solo ataques.
Una vez que termine esta campaña, elevar el nivel del debate público y la política no será tarea sencilla. Porque no se trata únicamente de hacer cumplir reglas mínimas de respeto o códigos éticos: hay que comenzar por elevar el nivel de quienes hacen política. Y ese objetivo es inviable con los actuales partidos y movimientos, que en su mayoría funcionan como empresas electorales sin ideología, sin visión de país y sin compromiso real con la democracia.