La historia del reciclador que se negó a vender su mascota por amor conmovió a los usuarios de redes sociales y se viralizó en Colombia, tanto así que reconocidos portales digitales del país cafetero hicieron eco de su relato, pero sin contar mayores detalles de quién y de dónde es el protagonista.

Lo sorprendente es que el hombre no es colombiano, sino un ecuatoriano que nació y vive en el cantón Milagro, provincia del Guayas, pero en Ecuador no tuvo mayor trascendencia el anecdótico vídeo registrado por el creador de contenidos Luis Gabriel Viejó, más conocido como Bloguero EC.

En la grabación se puede ver cuando el humilde lugareño de 73 años, cuyo nombre es Carlos, pero popularmente es llamado Sandocán, empuja un triciclo cargado con botellas vacías que le acababan de regalar en una lubricadora. Sobre estas llevaba a su mascota: una perra ‘bautizada’ Muñeca Brava, de aproximadamente 6 años.

Como parte del vídeo, que empieza como un experimento social, Viejó se acerca al adulto mayor, lo saluda y de inmediato le pregunta si vende su mascota, pero él sin siquiera pensarlo le responde con un rotundo no. Sin embargo, el creador de contenidos no se rinde e insiste hasta llegar a ofrecerle 100 dólares.

Y es en ese momento que Sandocán le contesta de una forma que ha logrado conmover a las audiencias de las redes sociales, pues solo en Facebook, hasta el cierre de esta nota periodística, ya se acercaba a los 2 millones de reproducciones, mientras que en TikTok, a través de la cuenta del usuario @ernestosalazar038, quien comparte historias de la calle, superaba los 7,2 millones de vistas.

“Así me diga $ 200, no se vende”, enfatiza el milagreño. La razón: por amor. “Es mi compañera, vivo con ella y con tres perritos más, hijos de ella (...)”, añade Sandocán.

Además, narra que su día a día es buscar material para el reciclaje, cuya venta le permite conseguir dinero para comprar comida para él y sus perros, aunque no siempre es así. A veces hay quienes le regalan alimento, sostiene.

La más leal de sus mascotas es Muñeca Brava, porque lo acompaña a todo lugar y es por eso que -según relata- cuando ve que él se prepara para salir, ella corre hacia él.

“Es mi compañera, a donde sea que vaya (...). Me la regalaron chiquita, por La Lolita (un sector del norte de Milagro). Tenía piojo de gallina (una especie de ácaro), la bañé y la curé”.

Para concluir, el hombre reitera que a Muñeca Brava “no la cambiaría por nada en el mundo” y da sus motivos: “El dinero no acompaña, se va. (...) La plata no me cuida ni me sigue, ella sí...”.