Las discusiones son inevitables. Forman parte de una relación saludable, ya que les ayuda a conocerse y saber cómo comunicarse el uno con el otro. Asimismo, se construyen consensos y compromisos entre ambos. Lamentablemente, no todo es color de rosa. Lo más frecuente es que reinen los gritos, los insultos y resentimientos, porque es una reacción natural ante un conflicto.

Entonces, ¿está permitido perder los estribos? “No”, es la respuesta rotunda que da Rosa Sánchez, psicoterapeuta familiar. Ella explica que existe una regla de convivencia clave para las parejas que consiste en no permitirse hablar el uno al otro con enojo, nunca. 

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Recomendaciones

- Cuando la discusión se intensifica, pide una pausa para que ambos puedan tomar un descanso y recuperar la calma. Sé consciente de cómo están tus emociones para evitar que los gritos comiencen y trata de reconocer las señales de advertencia antes de que la situación empeore.

- Durante la pausa, distrae la mente del conflicto. En lugar de repetir la discusión o planear lo que vas a decir, enfócate en reducir los latidos cardíacos y la respiración. Puedes probar con meditación, ejercicio, leer o jugar.

- Una vez finalizado el descanso, regresen juntos para hablar sobre sus sentimientos y necesidades mutuas. Trata de ser respetuoso y llegar a un acuerdo. Si presientes que la discusión podría reavivarse, tómate otro rato.

Las claves

1.Prepara lo que vas a decir. No se trata de discutir por discutir, primero piensa en lo que quieres.

2. Aborda el tema en un ambiente tranquilo.

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