¿Con tu pareja son unos en redes sociales y otros dentro de la casa? Por Instagram se escriben los más amorosos mensajes y en el hogar, apenas conversan sobre ustedes. Publican sus viajes y eventos sociales ‘pelando los dientes’, como si la pasaran ‘bacán’ y ese día no pararon de discutir.

Quienes proceden así son parejas de pantalla, que solo aparentan ser felices digitalmente, pero no lo son. “Para estas parejas, la realidad es la foto de la red social, no la vida en sí, el departir entre seres humanos”, expresa la psicóloga clínica Susana Osorno.

Su colega Lady Rojas menciona que el enamoramiento de un idealismo es otro de los factores muy comunes.

“Proyectan una vida basada en una fantasía, que al ser aterrizada en la convivencia puede llegar a ser muy decepcionante, pues se dan cuenta de que no es nada o poco de lo que soñaron. Se han visto casos en los que el divorcio se da en corto plazo”, sostiene Rojas.

Presión personal

Osorno considera que estos ‘pantallazos’ se dan más por la propia presión que se da el individuo por pertenecer a un grupo, por creer que lo van a aceptar. “Uno decide si te presiona el ambiente o tú mismo lo haces en función del parámetro que pone la sociedad”, manifiesta.

“Hay una constante búsqueda de aceptación y/o pertenencia, ser aceptados por otros, evidenciando felicidad, perfeccionismo. Estos dos puntos pueden ser señales de baja autoestima, inseguridad de sí mismo o de su pareja, de carencias que se experimentaron durante la etapa de desarrollo de las personas”, dice Rojas.

Tipos de negligencia

Esta relación se acaba cuando uno de los integrantes se cansa de la pantomima. “Se quiere tener una vida perfecta ante los demás, no se conocen a sí mismos ni se tiene un plan individual ni de vida en pareja”, sostiene Osorno.

Si se cae en esta relación de pantalla, se llegará a todo tipo de negligencia: económica, afectiva, entre otras.

EXTRAtips: 

1. Como prevención: pasen por el psicólogo. Lo ideal es que los solteros tengan terapias para que sepan cuáles son sus cualidades como persona, y así hallen la pareja acorde a su plan de vida. No esperen a que surjan los problemas para acudir al experto.

2. Identificar si las publicaciones se relacionan con exhibicionismo o dependencia adictiva. Perder el sentido de la realidad y vivir de una fantasía creada por mi mente que me genera una falsa estabilidad o sensación de placer. Recuerda, de likes no se afianza una relación.

3. Si uno es el más novelero y a ti no te gusta, díselo. Si te incomoda o cansa la ‘tomadera’ de fotos y publicaciones fantasiosas, habla con tu conviviente, pero hazlo de buena forma, no a manera de ‘pito’.

4. Si la realidad es el conflicto, eso le enseñas a tus hijos: Ser ‘doble cara’. Ellos son los primeros en identificar cuando en el hogar algo no está bien y que es solo un teatro.

5. Facebook te recordará la foto, pero tú sabes lo que realmente pasa. No sigas engañándote ni presionándote con este tipo de comportamientos.