La pandemia ha afectado a la clase trabajadora. Empresas y locales han reducido su personal y los despidos brotan como el mismo virus.

En lo que va del primer trimestre de este año, la tasa del desempleo a nivel nacional es de 5,8, según el último reporte del Instituto Nacional de Estadística y Censos (INEC). Es decir, aproximadamente 500 mil personas sin ‘camello’.

Esta situación podría traer consigo a la depresión, la cual viene acompañada de cambios de humor, deseos de dormir más, desánimo, señala el psicólogo clínico Christian Montero, quien añade que también se puede caer en el alcoholismo y en algunos casos podrían aparecer deseos suicidas.

Su colega, Gina Fabre, agrega que la persona puede tener pensamientos negativos de sí mismo. “No sirvo, no valgo soy un inútil”, ideas rumiantes, en las cuales los sujetos están allí, dándole y dándole. Asimismo, ven los días con desesperanza, apatía y pueden caer en insomnio.

Más en ellos que en ellas

La coach y psicóloga Karolina Pazmiño sostiene que el desempleo afecta más a los hombres. “En sociedades latinoamericanas ellos no hablan de sus emociones, agravando más el problema, y escapan de la realidad a través del alcohol, ocio, etcétera”, dice.

Montero indica que ve estos cuadros en adultos jóvenes, de 20 a 40 años.

Fabre asevera que esta condición emocional afecta a toda la familia, porque los hijos ven las constantes peleas entre la pareja y pueden sentirse culpables. Están discutiendo del nuevo año lectivo, el pago de la matrícula, los menores pueden pensar que es por ellos el ‘pito’.

Chicos abandonados

El desempleo, por diversas causas, trae la migración, lo que se traduce en la fragmentación de la familia. Los hijos quedan al cuidado de abuelos u otros familiares.

“Esto desata conflictos intrafamiliares y personales; desde situaciones graves como suicidios, embarazos, ser miembros de pandillas, violaciones sexuales por parte de parientes. Sin llegar a esos extremos, la ausencia de los padres crea un abandono, que en la vida del adulto se puede ver reflejado en la dificultad de tener una pareja estable, querer evadir la realidad con adicciones”, expresa Pazmiño. 

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