Las deudas afectan profundamente la salud, ya que el estrés financiero se convierte en una carga que puede llevar a problemas físicos y emocionales. La constante preocupación por las cuentas genera ansiedad y malestar, y, cuando este estrés se prolonga, el sistema inmunológico se resiente, lo que puede provocar trastornos del sueño. La falta de descanso agrava aún más la situación, creando un ciclo muy difícil de romper.

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La salud mental también se ve comprometida. La depresión y la ansiedad son comunes entre quienes enfrentan deudas, lo que afecta tanto su calidad de vida como sus relaciones personales. Además, la falta de apoyo social puede intensificar el sentimiento de aislamiento.

A largo plazo, las deudas pueden derivar en enfermedades crónicas, como hipertensión y problemas cardíacos, afectando el bienestar físico de manera significativa. Por ello, es esencial abordar esta problemática.

Buscar asesoría financiera puede ayudar a encontrar soluciones, y practicar técnicas de manejo del estrés, como la meditación, contribuye a cuidar la salud mental y física al enfrentar las dificultades económicas.

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