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Buena Vida
El matrimonio está en crisis
Actualmente, casarse ya no es una prioridad para los jóvenes. Aquí te decimos el por qué.
Entrar a la iglesia con las mejores galas, sonriendo y una que otra lágrima recorriendo las mejillas, mientras los novios juran amarse hasta que la muerte los separe. Es un anhelo que aún cautiva a ciertos hombres y mujeres, pero no a todos.
En la actualidad, ser devoto de su media naranja por el resto de la vida ya no es tan atractivo para las nuevas generaciones. Incluso, así lo determinan estadísticas del INEC, que señalan que en Ecuador hay más divorcios que hace 11 años. En el 2010 hubo 18.231, en contraste con el 2022 con 24.595 rupturas.
Y, de hecho, ese no es el único derechazo que recibe el matrimonio, puesto que ya no es tan común que estos duren ‘para siempre’. En este mismo estudio exponen que en promedio las parejas buscan su separación a los 15,7 años de haberse unido. ¿Qué lo provoca?
Causas claras
Hay varias aristas que afectan la estabilidad de las nupcias. El especialista Germánico Zambrano, psicólogo y sexólogo con 44 años, expone que entre estas están la falta de comunicación; la infidelidad; exceso de confianza (creer que con el amor puede cambiar cualquier aspecto que no le agrade del otro), y el alcohol y las drogas.
También influyen los divorcios de los famosos, que son ampliamente transmitidos por los medios de comunicación. “Una decisión que le otorga mala reputación al casamiento, porque ese ‘para siempre’ se caduca con facilidad, dando la impresión de que nadie logra mantener sus relaciones estables a largo plazo o que estas son excepcionales”, refiere el experto.
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Lo que se consume por redes, periódicos, televisión y radio, puntualiza Zambrano, es una realidad que puede llegar a resquebrajar los conceptos de amor, familia y matrimonio.
Pero, a pesar de esto, las plataformas no son las únicas responsables de que en Ecuador las parejas decidan casarse cada vez menos. Desde la perspectiva de María Fernanda Serrano, terapeuta de pareja, también influyen aspectos como “el cambio en los roles de género (la mujer ya no solo pasa en la casa cuidando de sus hijos y el hombre ya no solo está para trabajar), el enfoque en la independencia económica y las nuevas prioridades individuales”. DRD
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Comunicación inexistente
Los expertos concuerdan en que la comunicación es la base de toda relación, y cuando esta falla influye en la separación, al igual que lo hace la falta de intimidad tanto emocional (conexión y comunicación) y sexual. A la primera discusión ya quieren separarse sin intentar dialogar y llegar a acuerdos para entre ambos resolver lo que no está funcionando, y así salvar esa relación que de a poco están construyendo.
La escasa o nula intimidad sexual también es motivo de separación que se ve perjudicada por las prioridades individualistas como crecer profesionalmente, lo que pone en segundo plano la sexualidad y “muchas veces no se habla del tema por vergüenza o por no saber cómo abordarlo”, acota. Y ahí es donde la comunicación se vulneraliza.
Al no tener una concordancia de ideas llegan a la instancia legal. Así lo expone el abogado Enrique Crespo, quien explica que la mayoría de sus casos que implican divorcio son a causa de malentendidos y falta de diálogo entre las parejas. Lo que deja a un lado la infidelidad, que tenía la fama de ser la razón por la cual se rompían los lazos matrimoniales. Descarta el abogado Crespo que la infidelidad sea un aspecto que abunde en los juicios como se cree, puesto que para llegar a estas instancias debe existir malicia o un deseo de venganza en quien busca este proceso.
Rangos de edades amplios
Mientras pasa el tiempo también cambia el promedio de edades para casarse. Antes del 2000, las parejas contraían nupcias a mediados de los 20 años, en contraste con la actualidad, el INEC expuso que en el 2021 en promedio los hombres dicen el sí acepto entre los 35 años y las mujeres a los 31 años.
La especialista Serrano expresa que el aumento en la edad para casarse ocurre debido a que se busca tener estabilidad emocional, económica y personal antes de comprometerse. Hoy se le da más prioridad a la realización individual y profesional en los 20. Anteriormente, las dos metas principales a esta edad eran carrera universitaria y casarse.
A esto se suma poner en primer plano la libertad individual, lo que para el psiquiatra Zambrano es un fenómeno crucial, porque hace que la gente no se sienta comprometida con nadie y, por consecuencia, casarse no está en sus planes a futuro.
Sabías qué
En países europeos como Reino Unido están evaluando desde ya el alarmante descenso de matrimonios que se daría en el 2062. Frank Young, investigador del Instituto de Estudios de la Familia Británica, expone que hoy, 1 de cada 100 adultos británicos elige casarse, pero en 50 años se prevé un declive del 70 %. Es decir, 1 de cada 400 adultos buscaría unir sus lazos.
55.345 matrimonios fueron registrados en el 2022, cifras que contrastan con las 74.800 parejas documentadas en el 2010. (Datos INEC)
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