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Manteños, los ‘genios’ de la pesca
En San Vicente encontraron parte de lo que fueron “corrales marinos”. Estas estructuras rocosas se encuentran en zonas donde la marea sube y baja.
Para la captura de peces, los habitantes de la cultura Manteña desarrollaron unas ingeniosas obras en las cuales han encontrado nuevos vestigios. Estas son evidencias de técnicas de pesca en el litoral ecuatoriano.
Se trata de “corrales marinos de piedra” que fueron confirmados en la zona de Cabo Pasado, en la parroquia Canoa, del cantón San Vicente, en Manabí.
Juan Jijón, quien lideró la comisión técnica, sostuvo que este tipo de estructuras son como “piscinas hechas por los indígenas” para la pesca pasiva.
Añadió que estos muros rocosos muestran el enorme esfuerzo de esta comunidad. “Son piedras que pueden tener desde 1,5 a 2 metros de alto, bastantes pesadas. Son rocas de basalto que están clavadas en la arena del mar, donde pegan las olas, están una tras otras, en hileras. Es un trabajo de ingeniería bastante complejo”, explicó.
EN MANTA
Este es el segundo hallazgo de estructuras marinas hecho en Manabí. En el sector Ligüiqui, en Manta, también existen vestigios de corrales como método de pesca. Los investigadores confirmaron que los restos de la zona mantense pertenecen a la comunidad de la cultura Manteña, que habitó en la costa, en lo que ahora es Manabí, desde el año 800 al 1500 después de Cristo.
Hasta hace unos seis siglos estas piscinas estaban en uso, seguramente.
Se pensaba que Ligüiqui era el único sitio del Ecuador donde levantaron estos corrales, pero como lo recientemente descubierto en Cabo Pasado, que tiene similares características, se estima que esta es otra obra hecha por el ser humano en la época precolombina.
Hace un par de años, otro arqueólogo, Florencio Delgado, identificó otras evidencias ligadas a la cultura Manteña, y este nuevo descubrimiento también está relacionado a asentamientos prehispánicos.
Jijón sostuvo que aún falta mucho por investigar, pero todos estos hallazgos dejan ver que se trata de una misma manera de transformar el paisaje, de una misma estrategia económica, de defensa.
Con estos vestigios, los investigadores establecieron que “los manteños eran bastantes, que ocuparon un extenso territorio, estaban bien organizados, transformaron las montañas convirtiéndolas en terrazas y en fuentes de agua, construyendo miles de canales, de plataformas, de reservorios”, dijo Jijón.
Estas construcciones que permanecen desde hace siglos y en las cuales algunos pobladores llegan a marisquear, que son ahora materia de estudio, forman parte de la riqueza ancestral manabita. (IC)