Hace cuatro décadas, unos comerciantes del mercado municipal Pedro Pascual Mite Mazzini, del cantón Playas, provincia del Guayas, querían tener un protector, alguien a quien encomendarse diariamente y pedirle  para que en sus negocios les vaya bien.

Fue en uno de los años del 80, cuando el entonces presidente de la Asociación de Comerciantes Minoristas, Guido Loor, adquirió una imagen de Jesús del Gran Poder, en los talleres de San Antonio, de Ibarra.

Pasó el tiempo, el mercado antiguo fue cerrado y los comerciantes pasaron a las nuevas instalaciones, ubicadas a una cuadra del anterior, en la avenida 15 de Agosto y Zenón Macías.

La imagen de Jesús cargando su cruz quedó guardada durante dos años, pero el sábado 8 de agosto de 2020 se preparó su traslado al nuevo centro de abastos.

REZOS ANTES DE TRABAJAR

Con una misa oficiada por el padre Rodolfo Arteaga, párroco de la iglesia Madre del Buen Pastor, del barrio Ecuador, en Playas, se desarrolló la ceremonia del reencuentro de los comerciantes con el patrono.

En el acto, los devotos vendedores presentaron frutas, legumbres, cárnicos y flores como ofrendas.

Jenny Bohórquez ofreció flores. Ella tiene mucha gratitud con Jesús, porque en la tercena de su familia les va bien.

La señora y otros vendedores expresaron su alegría de poder cumplir con sus oraciones diarias ante la imagen, previo a cada jornada.

Diariamente, cuando van a abrir sus locales, usualmente los comerciantes pasan ante Jesús del Gran Poder, se persignan y rezan para recibir bendiciones. Rosa Ramírez, de 76 años, una de las fundadoras de la Asociación, cuenta que todos los días, antes de ir a su puesto, le reza para vender conchas. Lo mismo hace José Suárez, quien tiene un puesto de comida.

También se persignan al ingresar a sus locales Antonio Morales, Luis Chávez y Celeste Zumba, comerciantes.

Pero la fe al Jesús del Gran Poder no solo la demuestran los vendedores, sino usuarios y clientes que oran para que no les falte el pan de cada día. 

Ofrendas

La imagen reposa en una urna de cristal asentada sobre una base que sirve de alcancía para que los devotos depositen sus diezmos voluntarios.

Anteriormente lo recaudado servía para organizar los festejos de agradecimiento a Jesús del Gran Poder y por el aniversario de la asociación, cada 12 de octubre.

“También era utilizado para entregar juguetes y comida a los niños en Navidad y colaborar con la iglesia”, recuerda Jorge Santos, líder de los comerciantes.

Por las crisis económica, los diezmos disminuyeron y los festejos fueron más austeros.

Ahora los comerciantes rezan para que termine la pandemia y la situación en el país, así como de cada uno de ellos, mejore. (NM)