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No confundas los síntomas.Shutterstock

¿Intolerante a la lactosa? No te confundas

Aunque los síntomas pueden ser similares a los que produce la alergia a la leche, no se trata de lo mismo. Conozca las diferencias.

La leche de todos los mamíferos, incluidas las mujeres, contiene un tipo de azúcar a la que se denomina lactosa. El organismo del ser humano es capaz de digerirla gracias a una enzima presente en el intestino delgado llamada lactosa. Y son precisamente los que tienen insuficiencia de esa enzima quienes no pueden digerir la leche correctamente.

Es lo que se llama intolerancia a la lactosa, problema que viene acompañado de síntomas comunes como inflamación, hinchazón, gases, cólicos, diarrea, náuseas o vómitos. Por eso, si sufres de este padecimiento, es importante que tu alimentación sea dirigida por un experto.

“El profesional debe encontrar alternativas dietéticas que se ajusten a la condición de cada paciente y de acuerdo a su tolerancia, especialmente si presenta otras patologías”, explica la nutricionista Andrea Calle.

Lactosa vs. leche
El rechazo a la una o a la otra tiene explicación en patologías diferentes con causas diferentes. Mientras que la intolerancia a la lactosa se relaciona directamente con el problema para digerir la lactosa, la alergia a la leche es una respuesta del sistema inmunitario a una o más proteínas que contienen el producto y sus derivados, como queso o yogur.

Debes tener en cuenta que:

- La alergia a la leche es más frecuente, en tanto que la intolerancia a la lactosa suele aparecer más tarde.

- Aunque la intolerancia a la lactosa puede causar síntomas incómodos, una reacción alérgica grave a la leche puede poner en peligro la vida.

Cuidado

- La prevención es fundamental. Evita el consumo de lácteos y derivados o cualquier producto enriquecido con leche o elaborado con estos alimentos.

- Incrementa el consumo de otros alimentos ricos en calcio para mantener niveles óptimos.

- Bajo prescripción médica, puedes consumir suplementos de lactosa; vienen en presentación de gotas o pastillas. Se toman o agregan a las comidas justo antes de consumirlas para ayudar a la digestión y evitar los malestares.

Causas

- Origen étnico: la evidencia científica ha demostrado que las personas de ascendencia asiática, americana e hispana son más propensas a desarrollar este tipo de intolerancia desde edades tempranas.

- Medicamentos: algunos antibióticos pueden desencadenar una intolerancia a la lactosa de forma temprana, afectando la producción de lactosa en el intestino.

- Problemas digestivos: personas con inflamación en el intestino como la enfermedad celíaca o enfermedad de Crohn, tienen una menor producción de la enzima lactosa.

- Infecciones: después de un episodio de deposiciones líquidas se puede desarrollar una intolerancia a la lactosa, sin embargo, es de forma temporal, hasta que se restablezca la flora intestinal nuevamente y cese la infección.