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Familia
¿No te gustan los amigos de tu hijo? Charla con él, pero no le impidas que los vea porque se vuelve rebelde
Una cosa es que tu muchacho cambie su forma de vestir o gusto musical, otra que modifique su comportamiento y empiece a ser desobediente e insulte, por eso hay que estar atentos
“El que a buen árbol se arrima, buena sombra le cobija”, dice un conocido refrán. Un lema que algunos padres desearían que sea una realidad en la vida de sus hijos: que tengan relaciones que los beneficien y no que los perjudiquen... porque “una manzana podrida echa a perder todas las de una cesta”, señala un versículo bíblico.
Es probable que te pongas a pensar en los amigos de tu hijo. El de la escuela, que golpea a otros infantes; o aquel vecino adolescente que suele escaparse de casa; o el compañero de la universidad que acostumbra a ‘emplutarse’ cada fin de semana que puede.
“Una mala influencia puede darse en todas las etapas de la vida. Somos influenciables debido a que somos seres biopsicosociales. De forma directa e indirecta, el entorno juega un papel fundamental en nuestras decisiones. Cuando los hijos son pequeños, es esencial una guía que afiance sus valores de manera asertiva y positiva, así cuando sea adulto, le será más fácil discernir entre lo que le conviene y no, incluyendo sus amistades”, indica la psicóloga Mariana Bermúdez.
Pero… ¿Por qué no los ‘tragas’? Por sus comportamientos, valores y actitudes, las cuales te generan desconfianza (maneras de vestir, interacción con los demás, etc.), expresa la experta.
Las duras de la intuición
“Madres, siempre confíen en ese sexto sentido que les indica que algo va mal. Nadie conoce más a las personas que su progenitora. Observe con cuidado las señales que le indican un cambio e infórmese de fuentes confiables sobre el tema (especialistas en salud mental), para que así puedan tener una mejor intervención y diálogo a la hora de preguntarle qué le pasa”, aconseja el psicólogo Daniel Cabrera.
Parecidos a la 'pipol' más cercana
Chicos respondones o desobedientes. Esta es una de las consecuencias que se pueden presentar por las ‘malas juntas’, así como la ruptura en las relaciones de padres e hijos, o ‘pitos’ entre pareja, en el caso de que no se pongan de acuerdo, uno minimice el asunto y el otro esté preocupado.
“Estudios recientes revelan que somos el resultado de las cinco personas más cercanas en nuestras vidas. Por eso la importancia de que los padres no rompan la comunicación, porque crearán un espacio que puede ser aprovechado por las malas juntas”, concluye la experta en salud mental.
EXTRATIPS
1. Busca ayuda profesional. El experto te brindará herramientas necesarias para que la intervención hacia tu vástago no parezca un careo militar. Ojo, una cosa es que tu chico cambie de forma de vestir y de gusto musical, pero cuando hay modificación en la conducta (insulta, desobedece, etc.) hay que estar ‘once’.
2. Padres, abran su corazoncito. Hablen con sus hijos de sus sentimientos. Frases como: “‘Mijo’, a veces tengo miedo de que en algún momento consumas drogas”, son válidas. También es importante felicitarlos por cada acción positiva que realicen.
3. La prohibición causa rebeldía. El adolescente buscará la manera de tener contacto con esa persona que no le ‘cuadra’ al progenitor, por lo cual la orden sería rechazada. Por eso explícale el porqué de las cosas y las posibles consecuencias de ciertos actos. Siempre busca que tu hijo siga confiando en ti y tu pareja.
4. Habla calmado, no enfadado. Emplea un tono de voz adecuado al hacer preguntas, evita comentarios desde tu propio juicio, mantén el control de la respiración, así no se cortará el diálogo.
5. No te dejes llevar por el miedo. No es buen consejero y puede llevarte a la indiferencia, maltrato físico o verbal. Fortalece el autoestima de tus hijos, este será el mejor chaleco antipersonas tóxicas.