Exclusivo
Buena Vida

Michi también duerme plácidamente en su puesto de ‘trabajo’.Milka Franco / EXTRA

El gato que atiende en la tienda de Jimmy: la curiosa historia que conquista Guayaquil

El felino es de los atractivos de esta tienda. Jimmy dice que los clientes le ven alguna gracia y por eso se toman el tiempo para saludarlo

Con sus patitas encima de un congelador en el que se guardan los helados de todos los sabores y un collar azul alrededor de su cuello reposa Michi, el gato del negocio de Jimmy Avelino, y una de las principales atracciones que tiene su local.

(También le puede interesar: Conmoción en cooperativa Unión de Bananeros: mataron a vendedora de salchipapas)

Aunque la mayoría de clientes llegan por comprar los productos necesarios para su ‘jama’, Michi, un felino de pelaje atigrado y con una pancita bien ‘puesta’, se lleva los saludos y el cariño de todos. “No sé qué tiene el gatito, pero alguna gracia le ven”, dice entre risas Jimmy Avelino, quien regenta su pequeña tienda en Déleg entre la 42 y 43, al suroeste de la ciudad.

Este negocio, afirma Jimmy, nació luego de una mala experiencia con un jefe en una empresa de fabricación de plástico. Él cuenta que no era remunerado de la manera adecuada, por lo que decidió emprender con un negocio que, lamentablemente, no prosperó.

Primero instalé una ferretería en este mismo espacio. Se vendía, pero no tenía el capital suficiente para surtirla. Para ese tipo de negocio se necesita, mínimo, unos 50 mil (dólares)”, explica.

Entre los alimentos que vende Jimmy están los panes frescos. La mayoría de sus clientes los buscan.Milka Franco / EXTRA

Así es la vida del gato en el local

Al ver que sus ventas no despegaban como esperaba, decidió cambiar de ‘herramientas’: los quintales de arroz, unas libras de azúcar y varios paquetes de galletas fueron los primeros en venderse al modificar su idea de negocio.

(Lea también: Los beneficios que consiguió Wilman Terán con el hábeas corpus)

A Jimmy lo impulsan sus familiares, quienes también le dieron la idea de cambiar la mercadería. “Yo mismo, con ayuda de un tío, instalé este mostrador (de planchas de madera blanca y con mucho espacio para almacenamiento). Fue todo un reto”.

Pero al hombre de 30 años le queda una lección luego de su último trabajo en el que debió seguir órdenes de un superior: cómo debe tratar a sus clientes.

“Siempre con amabilidad, todo el tiempo con una sonrisa y conversándoles para que vuelvan. Si compran más de 5 dólares les doy yapa”. Sin embargo, él admite que madrugar para atender las urgencias de los hogares no se le da muy bien.

“A veces me quedo dormido porque no escucho la alarma y recién abro a las 09:00, pero en cambio cierro tarde”, dice entre bromas.

Él también es fan de Michi. El gatito brinca de congelador en congelador y se ubica en la puerta de salida para despedir a los clientes que llegan mientras EXTRA lo visita. No hay cómo negarlo... el ‘michu’ tiene su encanto.

¿Quieres acceder a todo el contenido de calidad sin límites? ¡Suscríbete a EXTRA!