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Buena Vida
Dime qué comes y te diré tus males
Una mala alimentación puede activar dolencias que llevas en tus genes.
No se trata de comer esto y dejar de comer aquello, sino de ser consciente de las proporciones.
En estos tiempos hay muchas personas con obesidad y no por genética, simplemente porque el facilismo entró a muchos hogares. Hay mujeres que pasaron de ser de amas de casa a trabajadoras, estudiantes y más... Entonces, ¿qué ocurrió? Llegaron las propagandas vendedoras: “No cocines más, estas galletas tienen los nutrientes necesarios, no son con chocolate, pero tienen el aroma de chocolate y ten van a encantar”.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) redujo a la mitad la recomendación diaria sobre el consumo de azúcar (que no debe superar el 5 % de la ingesta habitual de alimentos, es decir, en un adulto, unas seis cucharadas de café al día, que equivalen a unos 25 gramos aproximadamente) porque se la considera como un sustituto de la droga. En síntesis: el azúcar es adictiva.
La nutricionista Andrea Calle resalta que la falta de conocimiento hace que la madre opte por estos productos que no van a reemplazar a una fruta o a un vegetal. Luego aparecen las enfermedades.
- Enfermedades relacionadas con la alimentación
Diabetes. La obesidad es uno de los factores de riesgo para padecer diabetes tipo 2. A raíz del sobrepeso, el páncreas produce menos insulina para controlar los niveles de azúcar.
Gastritis. La mala alimentación también puede desencadenar esta enfermedad que se presenta como una inflación de la mucosa gástrica y el afectado puede tener síntomas como dolor abdominal, vómitos, falta de apetito, náuseas, en casos más severos.
Enfermedades odontológicas. El alto consumo de bebidas envasadas, alimentos procesados y dulces ocasiona una deficiente salud oral. Se desarrollan caries y manchas en los dientes.
La experta
“La alimentación desempeña un papel muy importante en la salud. A través de ella le aportamos a las células los nutrientes que necesitan para cumplir todas sus funciones. Llevar una alimentación desequilibrada, con mayor ingesta de harinas refinadas, bebidas gaseosas o azucaradas, galletas, panes y snacks empaquetados, comidas rápidas, entre otros, podría acarrear grandes consecuencias desfavorables para el organismo. Una dieta no saludable te dará complicaciones, desde estreñimiento hasta diabetes, o hipertensión y más...
Por esta razón, siempre recomiendo consumir un 90 % de alimentos naturales, como verduras, frutas, granos enteros (frejol, lenteja, garbanzo, choclo, chochos), cereales integrales como quinua, amaranto, avena, arroz integral, grasas saludables (aguacate, aceitunas, aceite de oliva, semillas, frutos secos), mucha agua como bebida principal y acompañante de las comidas”. Andrea Calle, nutrióloga, especialista en tratar temas de obesidad y sobrepeso.