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Buena Vida
"Cuando llora el bebé, se te van las ganas de seguir con el delicioso": lo que callan las madres
Dos madres cuentan las experiencias que han tenido cuando han querido llenarse de placer
La llegada de los niños es bendición para una familia y más para una mujer, quien descubre un universo nuevo cuando alguien que salió de sus entrañas le dice -balbuceando- "mamá". Pero antes de esto las mamitas quieren -a toda costa- protegerlos, cuidarlos y darles todo el cariño del mundo. Sin embargo, ¿qué ocurre cuando buscan tiempo para el placer?
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EXTRA fue en busca de respuestas y encontró a dos madres de familia, quienes recuerdan con picardía los 'malabares' que hacían (y hacen) para tener un encuentro 'delicioso' con su pareja, sin descuidar a sus hijos.
Lady Andrade, quien es jefa financiera de una empresa guayaca, relata que hacía 'travesuras' con su esposo cuando a los niños los atrapaba Morfeo. La 'hazaña', menciona, tocaba llevarla a cabo en las penumbras, ya cuando ni una sombra podía oír sus gemidos.
"Tocaba esperar a que se duerma para poder ir a otro cuarto o a otra parte de la casa. Siempre teníamos la puerta abierta para escuchar, ya que 'hacerlo' frente de ellos es muy complicado", cuenta. Y es que a decir de Lady, luego del alumbramiento sí queda algún miedo de volver a tener intimidad, pero nunca desistió de 'conocer' a su esposo y divertirse con sus 'juguetes'.
"Una vez nos encontramos en plena acción y el niño empezó a llorar y cuando escuchas el llanto, de verdad, se te van las ganas de seguir. Todo el libido sexual se va al piso. Uno puede sentir que puede llegar a afectar la relación con la pareja, incluso puede provocar una separación porque es importante tener el contacto íntimo con la pareja", comenta.
Pero Lady tenía un 'as de brillo bajo la manga' que la iluminaba en las noches sedientas: "Muchas veces no podíamos acostarnos juntos porque la bebé no dejaba dormir. Por ese motivo, mi esposo descansaba en el cuarto de visita y cuando ya se dormía la niña, iba a buscarlo para tener intimidad".
Actualmente se encuentra divorciada, pero eso no la limita a sentirse viva y darse placer. "Cuando me quedo sola en casa y a mis hijas les toca el fin de semana con el papá, pues lo hago con mi nueva pareja y si no se da, pues están los moteles", revela.
¿Hay para cuando llegan los bebés?
Un estudio realizado por especialistas de Mayo Clinic indica que si bien no existe un período obligatorio de espera antes de reanudar las relaciones sexuales después del parto, muchos profesionales de la salud recomiendan esperar entre cuatro y seis semanas, independientemente del método de parto.
Apunta, además, que durante las primeras dos semanas posteriores al parto, hay un mayor riesgo de complicaciones, por lo que esperar permite que el cuerpo tenga tiempo para recuperarse. Además de los posibles desgarros vaginales y el flujo posparto, es común experimentar fatiga, sequedad vaginal, dolor y una disminución del deseo sexual.
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No obstante, este no fue el caso de Ingrid Amores, diseñadora gráfica guayaquileña, quien afirma que su deseo sexual no se vio disminuido por la llegada de sus dos hijos; es más, asevera que con su pareja sacaban tiempo -más que nada en el crepúsculo de la tarde- para satisfacer sus 'hambres carnales'.
"En mi caso no hubo mucho cambio. Al comienzo los bebés no molestan, por eso no hubo cambio. Sí se podía tener sexo, lo normal. El problema llegó cuando ya los niños crecieron", dice.
Con dos niños encima, Ingrid habla con EXTRA y le cuenta que actualmente se sigue dando sus 'mañas' para un 'encontrón'. Detalla que para un día de placer ella espera a que se duerman las 'bendiciones' para estar tranquilos en cama, pero recuerda que una vez, cuando estaba en su máximo esplendor, su hijo 'le cortó viada': "Es lo peor. Toca estar ahí con el muchacho y todo se va, ya de deja para después. Pero yo sé que llegará el momento en que no haya nadie y ahí sí...".
Para ambas madres consultadas por este diario la llama de la pasión debe ser encendida de parte del hombre y la mujer, como es el caso de ellas. "Muchas veces la mujer se descuida, que el hombre pierda el interés. No hay que dejar de arreglarse. maquillarse. Cuando estaba casada ambos encendíamos la llama; era con caricias, besos y toqueteos", recuerda Lady.
Finalmente, Ingrid y su pareja siempre andan 'calientes' y cuando tiene un gramito de tiempo libre lo usan para 'llegar al cielo', sin descuidarse de sus hijos.
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