Se llama Daniela Romo, pero a diferencia de la famosa mexicana, la manabita nacida hace 34 años en Portoviejo, no canta. Su escenario es otro. Está en las redes sociales, sitio desde el cual asesora a emprendedores, brinda consultorías a empresarios y a todo aquel que no solo desee impulsar su marca e imagen, sino que además aprenda a manejar correctamente su perfil, especialmente de Instagram para vender y crecer.

Daniela se califica como una emprendedora innata. De hecho, el trabajo que hace actualmente nació por necesidad, tras el terremoto que devastó parte de Manabí, en el 2016. Aunque tiene estudios de Comunicación Social (Ecotec) y de televisión (ITV), se dedicaba a maquillar como hobby, en el salón de belleza y spa de su hermana, donde también aprovechaba para vender extensiones de cabello humano que importaba. Pero le tocó reinventarse cuando todo se vino abajo.

Tú emprendimiento de asesoría se da tras el terremoto.

Sí, después del terremoto. Viví 6 años en Guayaquil, donde realicé mis estudios universitarios, por eso le saco el jugo a las redes sociales. Cuando llegó la tragedia tuve que abandonar mis planes de un negocio que iba a abrir, porque el edificio se cayó y la inversión también se vino abajo. Fue en Portoviejo.

¿Por qué decides quedarte en Manabí?

Me quedé y eso me dio la oportunidad de darme cuenta que las redes sociales tenían un impacto más directo. Supe que todo lo que había estudiado me serviría.

¿Cómo logras encontrarle solución a tus problemas?

Después de dos meses de pensar qué hacer llegó la solución. Vi la luz al final del túnel en las redes sociales. Comencé a estudiar de todo un poco acerca de este nuevo nicho y abrí mi agencia de Marketing. La gente con sus negocios se movió para todos lados y la solución para que los encuentren estaba en las redes, si no te hallaban en ellas, no existías.

¿Cuál es la ayuda que le diste a tus clientes?

Empecé a trabajar guiando a los internautas a través de cuentas en Instagram. Como muchos profesionales se habían movido y los negocios también, la gente quería saber dónde podían encontrar un médico, un local y así… Entonces, a través de un celular, todo se fue dando a conocer. Las redes son nuestro canal de TV, periódico o revista. En ellas puedes hacer tus segmentos, secciones y dar a conocer lo que sabes y haces.

Cuál es tu rama más fuerte de trabajo, los que te buscan.

Trabajé 2016, 2018, 2019 con marcas cien por ciento ecuatorianas. Una de mis fortalezas fue la rama de los médicos, los atuneros de Manta y las multinacionales de Guayaquil. Manejaba el mercado de Ecuador. Luego llegaron los emprendedores, hasta que en el 2020 con la pandemia todo se volvió a parar. Esto da paso a la humanización de las marcas. Se empieza a trabajar como marca personal y cambia la estructura de la empresa.

A dónde lleva ese cambio. ¿De qué se trata?

Antes los clientes me llamaban y hacía todo para la marca y no importaba si él quería o no salir en las redes. Lo que hacía era simplemente informar para vender. En pocas palabras, si el dueño quería dar a conocer los servicios se los colocaba y ya. Así se manejaban antes las redes sociales y funcionaban. Pero ahora ya no es así. Se usa la marca personal. Se la humaniza. Necesitamos que ese contacto traspase la pantalla, no importa si es amargado y no le gusta exhibirse, cada persona tiene su esencia.

Andreína Bravo ‘flechó’ a los papás de Karol G

La pandemia

¿Qué ocurrió durante la pandemia?

La pandemia me abrió las puertas del mundo. En el 2020 tomé otros cursos. Me di cuenta de que la estructura de las redes cambian drásticamente. Nace esa visión de ya no solo hacerlo y que me contraten, sino de enseñar para que la gente se vuelva su propia marca y que tenga su canal, una herramienta que le ayude a comunicar de la mejor manera.

¿Por qué todo se volcó a Instagram?

Porque es la red que más se mueve. Es el perfil en el que nos cuesta crecer un poquito más porque necesita de estrategia, y es ahí donde potencializo a la gente. Lo que enseño lo puedes usar en otras redes sociales, pero el fuerte, el que te va a mostrar para hacer negocios, es Instagram. De ahí, puedes usar videos en TikTok, pero no tendrá el mismo efecto.

Tus seguidores se conectan desde varias partes del mundo.

Mis clientas son de diferentes países. Están en China, México, Reino Unido, Estados Unidos. Hace unos días di un curso de reels al cual se inscribieron cerca 50 mujeres de diversas partes del mundo. Muchas son mis seguidoras, migrantes de Europa que están trabajando en su marca personal. Ellas se dieron cuenta de que si no muestran ese lado humano y cercano no van a llegar al objetivo deseado. Lo increíble es que tengo clientas de más de 60 años. Por lo general, son más mujeres que hombres.

¿Cuál es el público más fuerte?

Mujeres y niños. Y en segmentos, el negocio que más se mueve es la comida, luego el maquillaje. Debemos pensar en formatos, que son los videos, la tendencia actual. La clave está en cómo comunicas. No importa si no eres guapa, porque lo que estás dando es contenido de valor. Hay cuentas con millones de seguidores que no están por el físico, sino porque le dan a su comunidad lo que necesita y trascienden. De qué me vale vender baile, llenarme de seguidores si nunca van a ser mis clientes. Hay que saber dónde llegar.

¿Y la clave de tu éxito?

La práctica hace al maestro. Salió una tendencia nueva, la vi, practiqué, funcionó y lo hice. Lo que hago es unir dos claves que son la estrategia con el conocimiento. Eso lo llevo a la práctica como una herramienta que tengo a la mano.