Al llegar a casa nos reciben en la puerta con una gran energía y ganas de jugar. En los días tristes, no dudan en acompañarnos en el sofá mientras disfrutamos un gran helado y cuando se dan cuenta que vamos a abandonar la casa para ir a trabajar o estudiar, mantienen una actitud decaída porque no nos pueden acompañar.

Y es que las mascotas, como los perros y gatos, se han ganado el corazón de miles de hogares y cuando ya ocupan un puesto crucial en la familia, ¿cómo resistirse a que nos den un pequeño beso en la boca o rostro?

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Sin embargo, esta expresión de amor puede desencadenar algunos problemas para la salud tanto de los seres humanos, como la de los animales. EXTRA te presenta algunos de los motivos más importantes por los cuales es mejor no dejarse lamer el rostro:

Un estudio de la Universidad Nacional Autónoma de México reveló que los humanos son portadores de la bacteria H. Heilmannii, la cual al transmitirse al organismo de los animales, les puede ocasionar afecciones estomacales como vómito, diarrea e inflamación.

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Por su parte, estos pequeños ‘amigos’ cuentan con la bacteria campylobacter y pueden portar la larva toxocariasis que, al estar en el organismo de las personas, provocaría fiebre, diarrea, deshidratación y dolor abdominal. Además, también puede afectar cualquier tejido en el cuerpo, en especial, el hígado y los pulmones.

Según médicos del Centro para el Control y Prevención de Enfermedades de Estados Unidos, existe una enfermedad bacteriana catalogada como “arañazo de gato”, la cual al ser transmitida a los humanos pueden causar principalmente fiebre y malestar corporal.

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Si las mascotas lamen el rostro, principalmente en la zona de los ojos, también pueden causar conjuntivitis y otras infecciones. La lengua de los animales tiene miles de microorganismos y bacterias que al estar en contacto con el piso, tierra y lamer su propio pelaje, siempre habrá el riesgo de contaminación.

Recuerda

Antes y después de estar en contacto con las mascotas debes asegurarte de lavar completamente tus manos y desinfectarlas. El periodo de incubación de las bacterias puede ser desde pocas horas hasta varios días; por lo que sus síntomas pueden manifestarse hasta meses después.