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¡De vigías del Tungurahua a capacitadores!
El trabajo que han realizado durante 19 años no ha sido remunerado, todo lo han hecho por ese amor a su gente y el espíritu de servicio.
El trabajo que han realizado durante 19 años no ha sido remunerado, todo lo han hecho por ese amor a su gente y el espíritu de servicio. Son los vigías del volcán Tungurahua que ahora pasarán a ser formadores de los voluntarios que serán vigías del volcán Cotopaxi.
Son hombres y mujeres: 25 de Chimborazo y 15 de Tungurahua. En diciembre del 2017 la Secretaría de Gestión de Riesgo (SGR) declaró en alerta blanca al coloso, pero ellos no han dejado de monitorear a la ‘mama Tungurahua’.
Carlos Sánchez es uno de los primeros que empezó con esta actividad. En 1999 se instaló un centro de observación en su propiedad en el sector de la ‘Casa del Árbol’ que está a 3 kilómetros del volcán. Mencionó que el trabajo de ellos no se detiene porque con la naturaleza nunca se sabe.
Sobre la designación de que ahora serán formadores de los nuevos vigías en la provincia vecina, aseguró que siempre será reconfortante compartir experiencias. “Lo mejor de nuestro trabajo es que podemos salvar vidas”, mencionó.
La coordinadora de la Zona 3 de la SGR, Patricia Larrea, resaltó que con toda la experiencia vivida, ellos se convertirán en los voceros para fortalecer las capacidades con el volcán Cotopaxi.
Reconoce que han tenido falencias en especial con las radios de comunicación, pero que las han solucionado. “En Cotopaxi se va a convocar a las personas para retomar con fuerza esta ruta de prevención y que estén activos en caso de emergencia. Las experiencias aprendidas nos permitirán fortalecer el camino y mejorarlo”, dijo la coordinadora zonal.
En el tema de la remuneración, agregó que la ministra Alexandra Ocles presentó el proyecto y esperan la aprobación de la Asamblea.
Preparados para toda emergencia
El trabajo de los vigías fue reconocido el jueves 11 de octubre en la ‘Casa del Portal’, centro de Ambato, provincia de Tungurahua. Rocío Yuglla, vigía de Baños, sostuvo que ellos fueron preparados para enfrentar todo tipo de emergencias. “Estamos en capacidad de ayudar a los vecinos en caso de alguna eventualidad con la naturaleza como terremotos e inundaciones”, aseguró.
De igual manera Juan Martínez que habita en Cotaló, narra que lo más difícil fue enfrentar las dos erupciones del 2006. “Fue ahí cuando se dieron cuenta que nuestro trabajo era importante y fuimos de gran apoyo para salvar muchas vidas. Estamos preparados para enfrentar cualquier emergencia y el reconocimiento es bien merecido”, expresó Martínez.