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Vendedores de bollos improvisaron un techo contra la lluvia en Guayaquil
En el sector de la Kennedy, una mujer y su sobrino laboraron con normalidad en la venta del platillo. Los clientes no les fallaron con el consumo
El viento a dúo con la lluvia los salpicaba. Pero ni esa combinación maldita ni el paro de buses frenó a Gilbert y Julia Nazareno. A las 11:00 de este jueves 23 de marzo de 2023 ya habían vendido 30 bollos, desafiando el aguacero que azotó a la urbe porteña.
El muchacho y su tía ‘camellan’ a diario en la calle Francisco Rodríguez Garzón, en el sector de la Kennedy, atrás de las oficinas de la Dirección Zonal de Aviación Civil. La paralización de transportes y el chaparrón complicaron’ la movilización a muchos, pero los parientes tienen un taxi fijo.
“Nosotros venimos de Bastión Popular, bloque 7. El señor nos trae y nos viene a ver. Hoy (jueves) no se nos tiró para atrás, pero nos cobró 10 ‘latas’ y normalmente se le paga 8”, comentó el chico.
Con una sonrisa rebosante, dijo que esos dos dólares de más valieron la pena. Lo importante era llegar, pues tienen la clientela asegurada, los trabajadores de concesionarios de carros y otras empresas aledañas.
Los Nazareno armaron una tolda con palos y un pedazo de plástico, a modo de techo, para cubrir del agua a sus comensales. Ellos, al ir a ‘jamear’, se sentaron en los banquitos bien apegados a una pared blanca del lugar, para no empaparse con la ‘furia’ que descargó San Pedro contra los ‘guayacos’.
El hambre no perdona. Por eso los bolleros ‘metían cuchara’ a la sabrosa masa de verde, maní y pescado, a pesar de que a ratos encogían los hombros por la ligera brisa fresca que la lluvia dejaba a su paso.
La buena venta fue el premio a la constancia de los Nazareno, quienes no se dejaron vencer por la dificultad.