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Los habitantes hicieron un plantón para que las autoridades los escuchen.ANGELO CHAMBA

¡No más vecinos atropellados!, el ruego de los habitantes del barrio La Roldós, en Quito

Tras la muerte de una señora de 57 años, los residentes exponen cómo la falta de control y de rompevelocidades provoca accidentes.

Con pánico. Así viven los habitantes del barrio La Roldós, norte de Quito, desde que la calle N85, arteria principal del sector, se convirtió en una ‘pista de carreras’ de buses, carros y motocicletas.

Elvis Paz cuenta que el domingo pasado, su madre Jenny Zurita, de 57 años, murió atropellada por un bus de una cooperativa de la zona, mientras cruzaba la calle, a las 15:40. Según el joven, con ella ya son dos las víctimas mortales en el lugar, debido a la falta de control y rompevelocidades.

“Mi mamá salió a comprar a la tienda y mientras un bus recogía pasajeros en la parada que está frente al colegio Manuel Abad, ella cruzaba la calzada, pero de la nada salió otra unidad que ha estado en competencia, y pasó a toda velocidad, arrollándola”, lamenta.

Cuando llega un bus, los usuarios corren hacia la unidad y hasta se bajan de la vereda. En la zona faltan rompevelocidades.ANGELO CHAMBA

Jenny Zurita permaneció con vida durante dos horas. Fue trasladada a una casa de salud, pero por la gravedad de las heridas que presentaba no sobrevivió. “Sufrió por una hemorragia interna”.

La señora deja en la orfandad a un hijo de 36 años con discapacidad mental, a quien cuidaba a tiempo completo. No se conoce el paradero del chofer del bus.

NI UNA VIDA MÁS

Patricio Salas, morador del sector, menciona que el riesgo en el que viven es inminente. No solo por el exceso de velocidad con que circulan los vehículos de la zona, sino por la falta de respuestas ante los pedidos que han realizado a las autoridades para mitigar este problema.

“No vamos a esperar a que la vida de otro vecino más se apague sobre esta vía. Por eso haremos plantones hasta que nos escuchen”.

Ayer en la mañana, Salas y otros habitantes se dieron cita en el lugar de este último siniestro para exigir a las autoridades municipales la colocación de rompevelocidades y la presencia de agentes metropolitanos de Tránsito.

“No puede ser que por ganarse 25 centavos de un pasajero hayamos perdido la vida de una vecina. Ella era alguien muy valiosa para nosotros. No vamos a esperar a que haya una tercera víctima. Estamos cansados del abuso de los conductores”, insiste Patricio.

Margot Pérez manifiesta que hace seis meses un niño fue alcanzado por un carro, pero “milagrosamente se salvó”.

Hay mucho riesgo cuando cruzan la calle.ANGELO CHAMBA

Según ella, la velocidad con la que circulan todo tipo de vehículos y las constantes ‘peleas’ que tienen los buses por ganar pasajeros los tienen con los ‘nervios de punta’.

“No es justo que solo en cuatro cuadras hayan ocurrido ocho accidentes de moto por exceso de velocidad, y las autoridades aquí no dicen ni hacen nada. Necesitamos apoyo. Queremos que nos ayuden. No más muertes”, finaliza.

Dos personas perdieron la vida en la zona en los dos últimos meses, tras sufrir accidentes.

Autoridades

La Empresa Pública Metropolitana de Movilidad y Obras Públicas (Epmmop) señala que a través de un estudio técnico realizado en el sitio se determinó la colocación de seis reductores de velocidad, en la calle principal.

“Tres ya han sido puestos y en la siguiente semana tenemos planificado poner los que faltan para evitar más accidentes”.

Este Diario se comunicó con la Agencia Metropolitana de Tránsito para verificar la disponibilidad de agentes metropolitanos que realicen controles de exceso de velocidad en la zona, pero hasta el cierre de esta edición solo se mencionó que verificarán cuál es la programación para ese punto.