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Vandalismo en el Metro de Quito: Los grafitis no solo son en los trenes
EXTRA hizo un recorrido y también dialogó con ciudadanos luego de que se realizaran escritos en el vagón de un tren de este sistema subterráneo
Un tren del Metro de Quito fue vandalizado y no hay aprehendidos, pese a que la entidad afirmó que tuvo una “rápida respuesta desde el Puesto de Control Central”, la noche del domingo 15 de septiembre de 2024, luego de que se generara “un aviso de intrusión a una zona no autorizada”.
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En un comunicado, esta empresa municipal atribuyó el acto a “dos individuos con gorras y mascarillas (que) forzaron una puerta de evacuación del túnel; de manera paralela, en la misma zona, otra alerta obligó a que un tren se detenga para realizar una comprobación de seguridad”. Para el Metro de Quito, esto tendría relación con un grupo que se dedicaría a estas irrupciones en otros sistemas de la región.
La entidad asentó una denuncia formal, sin dar detalles del tren afectado. Incluso, en un canal de comunicación de esta entidad se pidió “no difundir el material para no dar protagonismo a quienes perpetraron este delito”.
Otras afectaciones en el Metro de Quito
Según el Metro de Quito, los vandálicos intentaron hacer un grafiti de 2 metros, pero no lo habrían conseguido. Sin embargo, no es el único acto realizado contra una estación o en sus alrededores.
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Basta citar dos ejemplos: las paredes de vidrio que cubren el acceso al ascensor de la estación La Carolina, tienen dos escritos con aparente pintura. En El Ejido, en la salida hacia la Casa de la Cultura, se pueden ver aún algunas manchas de lo que fueron grafitis en estructuras que están junto a la entrada.
¿Qué opina la ciudadanía sobre este problema del Metro de Quito?
Para la usuaria Tania Zavala, grafitear algo público sin permiso es una falta de respeto, sobre todo cuando no se considera que pertenecen a todos los ciudadanos. Sin embargo, considera que se deberían facilitar espacios a quienes realizan este tipo de acciones, donde el arte urbano sea bienvenido y no perjudique el funcionamiento del transporte.
En cuanto a la seguridad, plantea la necesidad de más cámaras de vigilancia en las estaciones y áreas circundantes, lo que podría disuadir a quienes cometen estos actos vandálicos. Menciona, además, que ciertos daños en las estaciones, como los rayones en los vidrios de ascensores, no tienen valor artístico, lo que refuerza la idea de que el grafiti sin control puede degenerar en un problema mayor si no se toman las medidas necesarias.
Por su parte, el capitalino Christopher Murillo comparte una visión similar. Él aún no usaba este sistema al momento de la entrevista, pero resalta que este es un bien común y que, por lo tanto, debe cuidarse para que pueda ser disfrutado. “El Metro es de todos nosotros”, señala, insistiendo en que los ciudadanos tienen la responsabilidad de proteger esta infraestructura. Al igual que Tania, Christopher subrayó la importancia de reforzar la seguridad tanto dentro como fuera del Metro para prevenir daños.
¿Por qué hacen grafitis?
Murillo también reflexiona sobre las posibles motivaciones detrás del grafiti, señalando que algunas personas lo hacen por diversión o para alimentar su ego, buscando demostrar que lograron pintar en un lugar complicado. Aunque considera que este tipo de comportamiento debe frenarse, también sugirió que se debería habilitar espacios legales para que quienes disfrutan de este tipo de actividades puedan expresarse sin dañar la propiedad pública.
Para Christopher, la existencia de murales o áreas dedicadas al arte urbano, como ocurre en otros países, podría ser una solución efectiva para canalizar estas inquietudes creativas de manera positiva. Ambos ciudadanos coinciden en que el grafiti puede tener su lugar en la ciudad, pero no cuando se realiza de manera ilegal o destructiva.
EXTRA Denuncias ciudadanas
- Pusuquí. Piden agentes. Un ciudadano ha expuesto que en Pusuquí, noroccidente de Quito, necesitan presencia de agentes de tránsito, por lo menos 10 minutos, para que ayuden con la entrada y salida de estudiantes del colegio Santo Domingo Savio.
- Barrio Valencia. Hartos de pillos. Habitantes del barrio Valencia, en el sur de Quito, tuvieron que por su cuenta ayudar a un vecino y atrapar al delincuente que lo había asaltado. Aseguran estar cansados. Piden más seguridad.
- El Recreo. Sin líquido vital. Un habitante del sector Media Luna, en El Recreo, sur de Quito, reclama por la falta de agua en su barriada. El lugareño ha puesto en alerta a las autoridades para que el problema no se extienda.
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