Deudas... ¡benditas deudas! Las cuentas pendientes pueden convertirse en una pesadilla tanto en finanzas personales como en negocios. Las personas ven cómo sus ingresos se evaporan en intereses interminables, mientras que las empresas, en su lucha por no quebrar, también se ahogan con ‘full’ préstamos.

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A nivel personal, cada compra innecesaria se convierte en una cadena que ata al estrés constante. Las noches en vela pensando en cómo cubrir los pagos mínimos son solo el principio, pues al final muchos se vuelven dependientes del círculo vicioso de prestar para pagar.

“Dicen que no hay que tirar los pies más allá de lo que cubre la sábana”, reflexiona el consultor financiero Jorge Guamán (@Jorge_Guaman_Toscano). Con esta frase, señala que muchas veces las personas se endeudan con artículos ostentosos para aparentar un estatus social.

Así, se empieza a gastar de forma impulsiva con el típico ‘tarjetazo’ o préstamos, incluso con los llamados ‘chulqueros’.

Y hay que pagarlas, porque ser moroso no solo afecta tu reputación crediticia y te mantiene ‘chiro’, sino que también puede tener un gran impacto emocional.

Alexandra Viteri, gerente de sucursal en Ibarra de Banco ProCredit, advierte: “La acumulación de deudas genera un estrés significativo, limitando las oportunidades de crecimiento y bienestar”.

Guamán coincide, señalando que las deudas generan un estrés que en muchos casos desemboca en depresión y conflictos familiares, especialmente entre parejas.

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“Cuando la pobreza entra por la puerta, el amor se escapa por la ventana”, es el otro refrán con el que el experto explica la situación, pues asegura que una de las principales causas de divorcio en Ecuador son los problemas económicos.

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