La sal es la principal fuente de sodio en nuestra alimentación, pero su consumo excesivo provoca hipertensión arterial y riesgo de cardiopatía. Según datos del Instituto Nacional de Estadísticas y Censos (INEC), en Ecuador, la insuficiencia cardíaca y enfermedad cardíaca hipertensiva sumaron 18.385 muertes entre 2015 y 2021, una alarmante cifra que pudo ser reducida.

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Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), la mayoría de las personas consumen demasiada sal. En promedio, un individuo consume de 9 a 12 gramos por día, es decir, dos veces la ingesta máxima recomendada que debe ser inferior a 5 gramos diarios en adultos.

La OMS estima que cada año se podrían evitar 2,5 millones de muertes si el consumo de este condimento a nivel mundial se redujera al nivel recomendado.

EXTRA consultó al médico general guayaquileño, Joel Baldospin, quien es máster en salud pública, y explicó que la sal no es del todo mala, pues tiene ciertos beneficios como que ayuda a mantener el equilibrio de líquidos en el cuerpo (esencial para el funcionamiento adecuado de los órganos), y necesaria para la transmisión de impulsos nerviosos y la contracción muscular. Sin embargo, la reducción de la ingesta de sal tiene una gran cantidad de beneficios según el Dr. Baldospin.

La sal en exceso puede aumentar la presión arterial, lo que aumenta el riesgo de enfermedades cardiovasculares como hipertensión, accidentes cerebrovasculares y enfermedades del corazón. Reducir la sal puede ayudar a mantener la presión arterial en niveles saludables.

Una dieta alta en sal está vinculada a un mayor riesgo de afecciones al corazón. La reducción de la sal puede ayudar a prevenir problemas cardíacos.

El exceso de sal puede llevar a la retención de líquidos en el cuerpo, lo que puede causar hinchazón y aumentar la carga en el sistema circulatorio, por tanto, la reducción de esta sustancia puede aliviar la retención de líquidos.

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Una dieta alta en sal puede ser perjudicial a los riñones, especialmente en personas con enfermedades renales. Limitar este condimento puede reducir la carga sobre los riñones.

Reducir la sal puede hacer que se aprecien más los sabores naturales de los alimentos y promover una alimentación más variada y saludable.

Por otra parte, el especialista en salud también brinda recomendaciones a aquellas personas que consideran "imposible" la reducción de sal, para que de alguna u otra forma, se pueda lograr el objetivo de reducir la ingesta de este condimento.

El Dr. Baldospin concluye puntualizando que "hacer cambios graduales y sostenibles en tu dieta es la clave para el éxito a largo plazo. Con paciencia y determinación, puedes reducir tu consumo de sal y mejorar tu salud".

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