El mayor anhelo de Noemí Montero Rentería es abrazar y decirle: “¡feliz cumpleaños!” a la segunda de sus cinco hijos, Salomé Adelaida Jiménez Montero.

La joven, que mañana cumplirá 28 años, fue plagiada la tarde del pasado miércoles, en los exteriores de la urbanización Sambocity, en el kilómetro 12 de la vía La Aurora, por individuos que llegaron en un automóvil y una camioneta, ambos de color gris.

Pese a la angustia que la embarga por la forma en que fue secuestrada Salomé, su madre guarda la esperanza de que los plagiadores la devuelvan sana y salva.

“El lunes es su santo y también el de su hermano mayor. Ambos cumplen años el mismo día. Teníamos tantos planes para el 24 (de mayo). Solo le pido a Dios que toque el corazón de los secuestradores, que no le hagan daño, ella tiene niños pequeños”, expresó llorando la mujer.

Jorge Jiménez, hermano de la víctima, mencionó que hace algunos días, mientras disfrutaban de unas vacaciones en un balneario de Santa Elena, escuchó a su cuñado, el esposo de Salomé, conversar por teléfono con otra persona.

“Le decía que se había coronado al mexicano, que se les había llevado el dinero y que por eso no estaba en su casa, para que no sospechen de él”, sostuvo.

Jiménez aseguró que el secuestro de su hermana fue una emboscada y que por la conversación que escuchó, podría ser una represalia en contra de su cuñado.

“El día en que se la llevaron, minutos antes mi hermana estaba lavando y haciendo tareas con sus hijos, pero en eso comenzó a recibir mensajes, le pedían que vaya a entregar una mercadería en Sambocity y ella salió, llamó al señor que siempre la trasladaba”, relató.

Recordó que su hermana se puso un abrigo y antes de salir le dijo: “ya regreso hermano, cuídame a los niños, es aquí cerquita”.

Sin embargo, Salomé no volvió y su madre y hermanos ya no saben qué más hacer para tener información de su paradero.

Dos llamadas

Noemí contó que desde el secuestro de Salomé, los familiares de su yerno se han comunicado en dos ocasiones con ellos para decirle que los secuestradores se han contactado con ellos y les han pedido dinero.

“Supuestamente que primero le pidieron 10 mil dólares, después que recibieron otra llamada donde les exigían 100 mil dólares a cambio de su liberación. También me dijeron que no denuncie al hijo. No saben la angustia y zozobra que estamos viviendo”, expresó.

Recordó que su hija y su yerno se conocieron hace 15 años, en el suburbio de Guayaquil, en donde ambos vivieron hasta hace siete años. Luego compraron su casa en una urbanización y se mudaron.

Noemí aseguró que desconoce las actividades de su yerno, pero de lo que sí está segura es que hasta hace siete años fue miembro de la Comisión de Tránsito del Ecuador, pero lo despidieron.

“A él lo sacaron, me decía que trabajaba en los negocios de su familia en la Bahía”, mencionó Montero, mientras sostenía un portarretrato con la foto de su hija.