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“Aunque sea mi hija, merece ser castigada”
Abuela de adolescente asesinada también pide justicia. Entre cánticos, bombos y platillos sepultaron los restos en El Aromo
“Que la perdone Dios si la puede perdonar por lo que hizo, yo no la puedo perdonar”. Eso exclamaba entre lágrimas, dolor y nostalgia la abuela de la adolescente de 16 años asesinada de tres puñaladas, y madre de quien figura como sospechosa del crimen.
La angustia agobia a la septuagenaria, quien considera que “no tiene nombre lo que le hizo a la niña; una madre da amor y consejos, no asesina como ella lo hizo”, lamentaba la tarde del 24 de noviembre.
Los deudos y compañeros de la colegiala fallecida pedían justicia en medio de cánticos, con bombos y platillos, en una especie de homenaje post mortem que le realizaron a la víctima antes de su sepelio en el cementerio de la comuna El Aromo, en Manta, provincia de Manabí.
“Aunque sea mi hija, merece ser castigada. Una vez la perdoné cuando me agredió”, decía con dolor la mujer.
Según una allegada de la fallecida, la causa del crimen, ocurrido la noche del domingo 22 de noviembre, sí fue por un celular. Supuestamente la menor le pedía a su mamá que entregue un teléfono que no era de ella.
Los familiares revelaron que la adolescente era la menor de 8 hijos procreados en diferentes compromisos. Asimismo, indicaron que la joven se quería ir a vivir donde su abuela, que hoy llora su partida, pero la mamá no se lo permitía.
Oswaldo Zambrano Quinde, experto en psicología, explicó que el crimen de una madre contra un hijo se denomina filicidio. “Hay algunas condiciones que pueden afectar la relación madre-hijo, que llevan en casos extremos al asesinato”.
Agregó que un hecho significativo puede ser que en los hogares existan situaciones de privación, escenarios donde no se ofrece afectividad sino solamente golpes y agresiones. (AG)