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Robo en la iglesia de El Carmen Bajo: no es la primera vez que ocurre
Cuatro sujetos también se llevaron los cables de energía eléctrica dejando a las monjitas sin luz. La campana sustraída es patrimonial, tiene 100 años
Aunque las monjas Carmelitas viven enclaustradas en su convento, ubicado en las calles Venezuela y Manabí, del Centro Histórico de Quito, tuvieron que salir para hablar con la policía. Fueron víctimas de un robo.
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Las religiosas se percataron de que la campana que hacían sonar todas las mañanas ya no estaba la mañana del sábado 10 de agosto. “Ahí nos dimos cuenta de que se han robado, luego los vecinos nos contaron que lograron ver algo del robo”, cuenta la madre Raquel de Santa Teresita Priora del convento.
Gladys Castillo, vecina de enfrente, relata a EXTRA que escucharon el sonido de la campana pasadas las dos de la mañana del sábado. “Nos asomamos y solo vimos que se llevaban los cables”.
No observaron ninguna escalera, por lo que no se explican cómo cuatro individuos pudieron trepar más de 10 metros de altura de una pared de 90 grados. “Además, sabían cómo hacer las cosas porque cortaron cables de 220 voltios y no se electrocutaron”, comenta la religiosa.
Es por ello que desde el sábado pasado el templo, una torre y parte del claustro no tienen energía eléctrica. Pero no es la primera vez que ocurre, Gladys explica que esta es la tercera vez que se roban los cables del inmueble. "La otra vez hasta les lanzamos botellas para dejen de robar, pero no logramos nada", agrega.
Robo de campana es un delito patrimonial
En los últimos meses, el Centro Histórico de Quito ha sido vandalizado varias veces. El último robo se registró el 20 de julio también en la madrugada. Unos sujetos se sustrajeron las hojas de acanto en relieve de bronce del monumento a la Independencia. Esa vez fueron identificados y detenidos cuando se las llevaban.
Javier Lasso, jefe subrogantes del Distrito de Policía Manuela Sáenz, agrega que si bien no existe una denuncia por parte del monasterio ya se ha coordinado con la Unidad de Delitos Patrimoniales para el inicio de las investigaciones. Sin embargo, Gladys especifica que ella sí llamó al ECU-911 esa madrugada, pero que no atendieron su llamada de auxilio.
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La priora indicó que la pieza era de hierro forjado y que tenía aproximadamente 100 años en el convento. “No respetan ni la casa de Dios. Es más si nos están viendo (los ladrones) les pedimos que nos la devuelvan”, agrega.
Según Lasso, la campana fue sustraída para aparentemente fundirla. “Es lo que se conoce que hacen con estas piezas”, explica.
El Instituto Metropolitano de Patrimonio (IMP) informó que se estaban haciendo las evaluaciones del caso, un grupo de funcionarios llegó al inmueble para revisar.
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