La acera frontal de la agencia matriz de la Corporación Nacional de Electricidad (CNEL), ubicada en el norte de Guayaquil, era el ‘despotricadero’ en contra del servicio de la compañía de distribución eléctrica, sus directivos y hasta del ministro de energía, Roberto Luque.

“Sabidos”, “nos ven la cara”, “juegan con el pueblo”, fueron algunas de las frases dichas en esa ‘pasarela’ del enojo. Los usuarios, que en la mañana del miércoles 29 de mayo llegaron al edificio para cancelar su planilla con descuento, denunciaban que no se cumplía la promesa del 50 por ciento menos en el rubro de consumo.

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“Yo vine primero a preguntar si es que sí se aplica, pero me dicen que eso se reflejará en la siguiente planilla. El ministro ha dicho que es en las planillas emitidas desde hoy (29 de mayo), pero y qué pasa si yo consumo menos en este mes de lo que lo hice en abril (mes al que le correspondía el descuento)”, dice Teodoro Mera, quien llegó antes del mediodía para sorprenderse con el valor total de su factura.

Al hombre, quien reside en la calle 20 entre Cuenca y Brasil, en el suroeste de la urbe, le tocó pagar el total de su consumo ($ 30,66) más las tasas e impuestos. “Yo podía llegar confiado con lo justo (de dinero) y me iba sin un solo centavo. Esto se siente como una desinformación para el pueblo”, enfatiza.

Katherine Márquez, odontóloga y madre de familia, también se queja del aumento del valor final de la planilla, pero dice que probablemente los ciudadanos escucharon ‘descuento’ y se emocionaron. “A mí me tocó ‘parar’ bien la oreja y escuchar los detalles. Ese quizá fue el error: no decirlo de manera clara”, admite.

Ella afirma esto, ya que tanto CNEL, a través de sus redes sociales, como el encargado de la cartera de Energía, en entrevistas, aclararon que el descuento se aplicaría solo en las planillas emitidas desde el 29, pero no todos los que llegaban con dinero en mano lo sabían.

Al igual que Teodoro, Nury Sánchez se tomó el tiempo de ir a cancelar su planilla porque, de lo contrario, el servicio es cortado. “A los usuarios no nos perdonan ni un día. Yo vivo sola y el consumo aumentó de manera significativa, no entiendo cómo es que nos iban a reducir el pago, pero se llega al sitio y quienes atienden dicen lo contrario. Eso no fue lo que dijo el presidente, él prometió otra cosa”, refiere.

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Otra de las usuarias que se quejó fue Marlene Arévalo, residente de Urdesa y a quien le tocó visitar dos agencias por lo concurrida que estaba la principal, ubicada en la ciudadela La Garzota.

Marlene hizo convenio, ya que su monto a cancelar era de 300 dólares y se hizo ilusiones anticipadas. “Pensé que era en esta planilla. La opción que me sugirieron fue de pagar 80 inicialmente y luego, en seis meses, la diferencia. Estoy consciente de que se consumió más, pero no en ese extremo”, detalló.

Katherine, a pesar de que esperará con paciencia su compensación debido a los cortes por estiaje sucedidos en abril, tiene un último cuestionamiento: “¿Quién asegura que la tarifa no suba justo en el mes del descuento y no se sienta en nada la supuesta disminución?”.

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