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Arribó parte de la flota vehicular que debe cumplir el consorcio, de acuerdo al contrato.Cortesía

La recolección de basura en Guayaquil, a la espera de la nueva administración

Parte de la flota de vehículos ya está en el Puerto Principal. Usuarios esperan una mejora en el servicio, especialmente para los sectores marginales.

En diciembre iniciará sus operaciones del consorcio Urvaseo como prestador del servicio de recolección de desechos sólidos en Guayaquil en los próximos siete años y medio.

Urvaseo, integrado por las compañías Valango (Ecuador) y Urbaser (España), reemplazará a Puerto Limpio, cuyo contrato finalizó en octubre de 2017; sin embargo, el Municipio le otorgó una prórroga.

Según datos del Cabildo de Guayaquil, la propuesta de la nueva prestadora del servicio es de   $ 402’072.439,15 y un valor por tonelada métrica de $ 35,34, con un plazo de ejecución de 2.737 días.

En Guayaquil arribó parte de la flota vehicular de Urvaseo, de un total de 200 unidades.

De acuerdo a la contratación, los recolectores deben contar con cajas compactadoras de 13, 20 y 25 yardas cúbicas con capacidades de 8, 10 y 14 toneladas respectivamente, alarma y cámara de visión posterior, sistemas de apagado inmediato y sensores de peso. 

Además, con GPS se monitoreará la ubicación en tiempo real de las unidades y se controlará el cumplimiento de las microrutas.

Se sumarán otros vehículos operativos y de apoyo para ejercer la labor de limpieza a nivel domiciliario, industrial y mercados. Comprenden roll on/off, volquetas, cabezal, cargadora frontal, barredoras mecánicas, bañera, cama baja, tanqueros cisternas y de lavado de calles; así como unidades para supervisión e inspección.

Usuarios especialmente de sectores populares esperan una mejora en el servicio. Ricardo Jama, morador de la Sergio Toral, se queja porque en la mayoría de las ocasiones recolectores de Puerto Limpio no se llevan todos los desperdicios.

Su vecino Juan Carlos Cagua cuestiona que muchas veces los lixiviados quedan esparcidos en las calles, dejando malos olores.

Mientras Mirna Gómez, habitante del Suburbio, espera que haya un mejor monitoreo, a fin de evitar que varios sitios se conviertan en basureros.