La reciente Cumbre Iberoamericana, celebrada en Cuenca, tuvo como ejes centrales la innovación, la inclusión y la sostenibilidad. Sin embargo, estos principios no se lograrán simplemente poniéndolos sobre la mesa de debate. Para alcanzar avances reales, es imprescindible respaldarlos con acciones concretas y políticas efectivas. En este sentido, Ecuador sigue estando rezagado. Una realidad preocupante que no podemos seguir ignorando.

Hoy, el país enfrenta una crisis eléctrica y una creciente inseguridad que han puesto al descubierto las debilidades de un Estado que no logra gestionar ni sostener los servicios básicos. Mientras tanto, otras naciones como Perú, Colombia y El Salvador avanzan ‘viento en popa’, implementando políticas públicas que las posicionan de manera favorable en un entorno digital y de conectividad. Estos gobiernos han adoptado medidas para atraer inversiones en nuevas tecnologías y en la construcción de infraestructuras clave, como el megapuerto de Chancay en Perú.

En contraste, Ecuador no encuentra solución a sus problemas. Y no la encontrará mientras la corrupción siga minando las instituciones y el sistema judicial, y los índices de violencia sigan disparándose, factores que son enemigos directos del progreso. Basta ya de discursos vacíos y ‘lata barata’ que no contribuyen en nada al resurgimiento del país. Se necesita con urgencia políticas públicas claras y efectivas. ¡Ya!

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