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Quito huele a quemado: Van 220 incendios forestales en lo que va del mes
Los ciudadanos tienen afecciones respiratorias por la contaminación, la Secretaría de Ambiente dice que la calidad del aire se mantiene en estándares
Quito tiene olor a quemado, ya no solo en las zonas rurales, sino también en las urbanas. Se debe a los 220 incendios que ha soportado solo durante el mes de septiembre. En Guápulo, cerca de donde se registró uno de los últimos flagelos, los vecinos se pusieron en el filo de una cancha para contemplar cómo las llamas lo consumían todo a su paso. “También para estar pendientes de que no lleguen al barrio. Ya están demasiado cerca”, dijo Rodrigo Tituaña, uno de los moradores.
No es todo, algunos tosían, estornudaban y se refregaban los ojos, puesto que incluso la ceniza llegaba a sus hogares. “Ya arden la garganta y la nariz. Esto nos afecta aunque no estemos tan cerca del fuego”, agregó Rodrigo.
Para otros habitantes como Segundo Collaguazo, la humareda significó el cierre de su local de venta de pescados. “Es imposible vender comida con ese olor y la ceniza. Ya ni clientes llegaron”, lamentó. En el hogar de Segundo viven personas con asma, una enfermedad respiratoria que agrava con este tipo de eventos. “Mi sobrina tuvo que salir de la casa porque no aguantaba el ambiente. Esto es de todos los años”, reclamó.
LA CALIDAD DEL AIRE
La tarde del lunes el olor se extendió por el centro y centro norte de la urbe. El cielo se oscureció en algunas partes debido al humo. Por su parte, Valeria Díaz, coordinadora de Investigación, Análisis y Monitoreo de la Secretaría de Ambiente, informó a EXTRA que la calidad del aire “se mantiene en los parámetros de la norma ecuatoriana que se basa en la guía de la Organización Mundial de la Salud”.
Lo que sí recalcó es que, como efecto de los incendios forestales, se han producido gases y reacciones fotoquímicas por la presencia de alta radiación ultravioleta, generando un incremento en los niveles de ozono troposférico, se tuvo superación de norma.
En el informe de la entidad especifica que estos contaminantes incrementan la mortalidad y morbilidad derivada de accidentes cerebrovasculares, cardiopatías, cánceres de pulmón y neuropatías crónicas y agudas, entre ellas el asma.
Esto lo corroboró el neumólogo César Delgado. “Las exposiciones crónicas a este tipo de contaminación pueden desarrollar Enfermedad Pulmonar Obstructiva Crónica (EPOC) y asma”. Insistió también en que los pacientes que ya tienen estas condiciones sufren de exacerbaciones de los síntomas en cuanto están cerca del humo. Lo que le pasó a la sobrina de Segundo.
RECOMENDACIONES
El neumólogo César Delgado recomienda a las personas que estén cerca de los incendios que abandonen el área lo más pronto posible.
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Para quienes no estén en las áreas directas de afectación ventilar las casas lo más posible y para quienes ya tengan enfermedades respiratorias utilizar mascarillas N95 para evitar el paso del aire contaminado.
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