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El sitio ha sido ocupado por al menos 500 familias. Habitan en casas de cartón y plástico.GUSTAVO GUAMAN

En Quito: ¡‘Dueños’ de terreno ajeno!

Al menos 500 familias viven en casuchas de cartón y plástico. Los verdaderos propietarios ya pusieron una denuncia. La policía está pilas.

Las 3,5 hectáreas de terreno ubicadas en el barrio Carmen Bajo, en el norte de Quito, ya no son más un bosque de eucaliptos. Allí se ha construido un ‘condominio’ de cartón y plásticos.

Al menos 500 familias decidieron, el 24 de junio, asentarse en ese predio, propiedad de la empresa inmobiliaria Inmocontacto. Dicen, movidos por la necesidad.

“Vimos que este terreno estaba botado por años, así que decidimos darle uso”,  Angelita Gudiño, una de las ocupantes.

Estas personas, entre las que están menores de edad, ancianos y embarazadas, reconocen que el asentamiento es arbitrario, pero que quieren negociar con los propietarios.

“Somos de escasos recursos. A mí me botaron de donde arrendaba”, manifiesta Mariela Guzmán.

Agrega que no le importa soportar el intenso frío de las noches con tal de tener una vivienda para sus cuatro hijos, una de ellos con discapacidad intelectual del 99 %.

“Apliqué para una casa del Gobierno, pero me la negaron”, cuenta entre lágrimas.

UN PLAN

Ya están organizados. En algunas de las casuchas improvisan cocinas con un par de varillas y los troncos que quedaron del bosque. Y hacen ‘vaca’ para comprar los ingredientes de la comida. De una olla comen dos o tres familias.

Duermen en colchones y con pocas pertenencias.GUSTAVO GUAMAN

Por las noches, hacen turnos para las guardias, pues dicen que los pillos rondan por la zona. “Nos cuidamos entre todos y no hemos pedido ni un centavo”, insiste Angelita.

No tienen agua potable ni luz, menos Internet, a pesar de que ahí habitan decenas de niños en edad escolar. “Ahorita ya están de vacaciones, pero no han perdido clases. Nos acomodamos con los celulares”, dice Teresa Sánchez, madre de tres niños.

PROYECTO HABITACIONAL

Sonia Costales, vocera de la inmobiliaria, dijo a este Diario que en el sitio ya estaba aprobada la construcción de una urbanización y que ya había negociaciones con inversionistas extranjeros. “Eso se cayó porque no hay seguridad jurídica”, argumenta.

La mañana del viernes 30 de julio , funcionarios de la Intendencia de Pichincha, Secretaría de Tierras, Municipio de Quito y Ministerio de Gobierno llegaron al sitio para exhortar a los ocupantes a abandonar el terreno voluntariamente. 

Los ‘habitantes’ de las casuchas esperan ser escuchados por la empresa para llegar a un acuerdo y pagar los terrenos a precios módicos. Pero Costales no ve eso posible.

“Es como si yo me metiera en su casa y luego le dijera que me la venda al precio que yo quiero”.Sonia Costales
Improvisaron pozos sépticos a falta de baños.GUSTAVO GUAMAN

Ellos se encargaron de talar los árboles de eucalipto que allí estaban. Costales aseguró que el terreno no estaba abandonado y que incluso había cerramiento y un guardia. “Con todo y vigilante se metieron”.

Aunque no da mayores detalles del proceso judicial iniciado por esta invasión, la vocera de la inmobiliaria adelanta que la empresa ya colocó una denuncia.