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Comercio formal en un sector de Quito está al borde de la quiebra por inseguridad
Casetas abandonadas y un inmueble sin uso del Municipio de Quito, que antes fue un centro cultural, aumentan la presencia de antisociales e indigentes
En la Avenida Pichincha y calle Don Bosco poco a poco se va perdiendo el movimiento comercial, sobre todo para quienes venden en las casetas ubicadas allí. Hace 20 años el sitio era concurrido y todos los locales estaban ocupados. Se caracterizaba por la venta de maletas, mochilas y balones. Ahora apenas funcionan unos cinco negocios.
Janeth Herdoíza cuenta, entre lágrimas, que de lo que fue ese patio de ventas no queda nada. “Gracias al trabajo en este lugar nosotros pudimos sacar adelante a nuestros hijos, nos iba bien”, dice.
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El motivo del decaimiento es el abandono de seis casetas que quedaron aisladas luego de la construcción del paso a desnivel. “Nos pusieron una calle que no había y todo se dañó”, reclama Janeth, de 52 años.
Son guaridas
La zona ahora es insegura, a pesar de que agentes policiales hacen recorridos y se encargan de sacar a los indigentes y maleantes que encuentran refugio en las estructuras. “Hemos sacado colchones, sillas, muebles, de todo”, le cuenta a EXTRA un uniformado que cumple con sus rondas en el sitio.
Sin embargo, es casi imposible permanecer más de dos minutos allí, pues los fuertes olores a desechos humanos hacen huir a cualquiera. “Aquí hacen baño público y quien pasa cerca debe aguantar la pestilencia”, agrega Janeth.
Ella explica que las cuadrillas de trabajadores de la Empresa Metropolitana de Aseo hacen hidrolavado un par de veces por semana, pero eso no es suficiente. “Hasta ellos salen agredidos por los que se meten ahí”, comenta Hernán Quito, otro de los comerciantes que quedan en el lugar.
Él aún tiene clientela, puesto que es reconocido por la venta y reparación de balones. Aunque admite que “ya no es lo mismo, estamos cada vez menos”.
Para Janeth el trabajo es aún más fuerte, porque antes de abrir su negocio de mochilas debe limpiar y desinfectar los alrededores. “Encima nos toca gastar en todos los productos. Casi casi nos vamos en contra”, asegura.
Eso no es todo, junto a las casetas abandonadas hay un inmueble que hace unos años funcionó como centro cultural, pero que también está sin ocupar. “Eso pertenece al Municipio. También es un foco de insalubridad e inseguridad”, comenta Hernán.
EXTRA se comunicó con la Administración Zonal Manuela Sáenz para saber si hay algún plan de intervención, pero hasta el cierre de esta edición no hubo respuesta.
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